Está más que claro que los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación utilizan el membrete de profes. Ni son maestros, ni tienen interés en serlo. No les importan los niños y jóvenes a los que durante ya dos décadas han dejado sin una educación de calidad; ellos son su carne de cañón y, en el mejor de los casos, sus posibles sucesores adoctrinados.
La CNTE es una organización radical anarquista que -repetimos– persigue el poder político a cualquier costo. Los gobiernos que les han concedido todo se equivocan, y eso incluye al de López Obrador. A pesar de los daños irreparables a la economía y a la sociedad en general, no los sancionó y, por el contrario, los alimentó de recursos para crecer y movilizarse.
Hoy tienen secuestrado el aeropuerto internacional de Ciudad de México, y estarán bloqueando más de veinte estaciones del METRO. En otras ciudades del país replican sus escandalosas movilizaciones. Si dañan a los usuarios del transporte público, es que carecen de empatía, que no tienen ni tantita madre. ¿Cuántas personas perderán hoy su jornada de trabajo y por ende sus ingresos?
Hay que recordar que son un grupo armado. Hay que recordar que en 2016, en Nochistlán, hubo 8 muertos y más de cincuenta heridos, la mayoría policías. Por cierto, se certificó que el personal policial estaba desarmado. Hay que recordar las golpizas que le dieron a los maestros que, contrariamente a ellos, se presentaban a trabajar: los raparon, los emplumaron, los desnudaron.
Y justo eso están buscando, que se les reprima, que se les convierta en mártires, seguramente con la idea de que podrán detonar su ansiada revolución. Hoy, CDMX es un caos, que los inocentes sufren. ¿Seguiremos siendo rehenes de esos violentos?
El señor Mario Delgado sólo está visible en las diligencias delincuenciales que realizan autoridades extranjeras, especialmente por sus posibles vínculos con el huachicol, pero del Secretario de Educación, ni sus luces. La carga de todo sobre la Presidente Claudia. Pobre.
No sólo es inexperiencia, evidentemente hay perversidad. ¿Qué debe estar pensando de estas nuevas atrocidades de los profes ése señor a quien nosotros pagamos su salario, el mismo que hace libros de texto con graves errores, omisiones y una salvaje carga ideológica que abona al odio y la ruptura social?, ¿Qué pensará Max Arriaga, ese «filólogo» que afirma que leer por placer es un mal hábito pequeño burgués y que la educación privada debe desaparecer de este país? Al final tipos como este son los colaboradores de Sheimbaum.
Éramos muchos… y parió la CNTE.
Con todas sus letras: es una organización terrorista violenta como Sendero Luminoso en Perú, pero a cuyos militantes les pagamos salarios y prestaciones, aunque nunca han trabajado.
