Gobierno: discurso y realidad
Es onerosa la herencia recibida por la gobernadora Rocío Nahle materializada en un paquete cuyo contenido expone crudamente la realidad veracruzana a causa de seis años de una muy deficiente gestión pública encabezada, (es un decir) por Cuitláhuac García, ajena a los problemas de la población veracruzana, porque quien asumió el cargo de gobernador para el periodo 2018-2024 no estaba, no está, capacitado para la función pública y se sostuvo en el cargo gracias a su obsequiosa maleabilidad para atender las consignas de quien lo encumbró, para mal de Veracruz. En ese complicado contexto, permeado de ingentes problemas sociales, económicos y políticos, se desempeña el gobierno encabezado por Rocío Nahle, a quien no pocos apologistas, los de siempre, ya comienzan a quemarle incienso como si en venturosamente trajera la vara mágica de la solución. Es abultado en galimatías el legado que recibió, consiste en nutrido almacigo de problemas ubicados en todos los órdenes de la vida política y social de la entidad veracruzana. De entrada, la gobernadora inauguró su gobierno con anuncios espectaculares como lo del Puente Coatzacoalcos, puso fin al robo en despoblado que cotidiana e impunemente cometían los propietarios de las grúas en las principales ciudades de la entidad y anunció el proyecto de suministro de agua a Xalapa. Por el optimismo característico del principiante, en el transcurso de los primeros cinco meses de gobierno, escuchamos la advertencia gubernamental dirigida a los generadores de violencia: “se les acabó la fiesta”, pero fue como una pedrada lanzada contra el panal porque desde la delincuencia elevaron los decibeles de su sangrienta pachanga y haciendo patente su interés en participar en la cosa pública demuestran el grado de su ya manifiesta participación.
Porque, justo en el arranque de su campaña proselitista para la alcaldía de Coxquihui, fue asesinado Germán Anuar Valencia, el candidato de MORENA; 20 candidatos de diferentes siglas partidistas han solicitado protección a las autoridades estatales por ver amenazada su seguridad personal; en Cazones un enfrentamiento violento ocasiona cinco muertos, en Tlapacoyan otro evento de violencia deja cinco policías heridos; el secretario del ayuntamiento de Paso de Ovejas fue herido en un atentado contra su vida; en Jaltipan un operador político de MORENA y del Pt, es sustraído de su domicilio. Es el rudo despertar a una realidad crujiente por la cual la gobernadora Rocío Nahle ahora reconoce públicamente lo mucho que falta por hacer en materia de seguridad pública, a la par que recibe el alentador respaldo de la presidenta Sheinbaum con elementos de la Guardia Nacional, buena falta hace. La noticia generó optimismo, una de cal, pero otra de arena, porque resta optimismo la incorporación del doctor Roberto Ramos Alor al IMSS-Bienestar veracruzano, pues su desempeño en la Secretaría de Salud en el desgobierno de Cuitláhuac no obtuvo calificación aprobatoria, aún se recuerda en el sector médico su pesada retórica de trasnochado lirismo como aquello de la “medicina neoliberal” que provocó risa hilarante cuando la pronunció en el Rafael Lucio de Xalapa. Pero este gobierno apenas inicia, ya tendremos oportunidad de observar cómo implementará sus acciones para materializar los cho ejes que vertebran el Plan Estatal de Desarrollo 2024-2030, que los lleve a cabo para bien de Veracruz.