Sin tacto
Sube una mujer entrada en años a un autobús repleto de usuarios, sentados y de pie. En la mano derecha lleva una pequeña bolsa de papel, y mientras se abre paso entre la jungla cerrada de los cuerpos conectados por el pasamanos de metal, advierte a todos:
—Cuidado con los huevos. ¡Cuidado con los huevos!
Un pasajero entrometido, de ésos que nunca faltan en los camiones urbanos, le pregunta:
—Oiga, señora, ¿a poco lleva usted blanquillos en esa bolsa tan pequeña?
La anciana, sin voltear a ver a su inoportuno interlocutor, le contesta al aire:
—No. Traigo alfileres.
El chascarrillo un tanto mandado (con perdón de las personas delicadas) revela una realidad que padecemos los veracruzanos de las grandes y medias ciudades, que es el hacinamiento en los vehículos del transporte público. Es que son pocos, y a ello hay que agregar que permanecen en un estado lamentable en cuanto a su mantenimiento y su higiene: los asientos rotos, los amortiguadores desahuciados, las láminas estragadas por el óxido, los pisos terrosos y malolientes; el motor, una sinfonía de chillidos estridentes.
Todos los gobernadores que ha tenido Veracruz -los excelentes, los buenos, los malos, los pésimos y Cuitláhuac- han quedado con esa asignatura pendiente y han dejado que los pulpos camioneros hagan su sacrosanta y corrupta voluntad, en detrimento de la economía de los empleados y de la vida de los usuarios.
Por eso debemos reconocer -nobleza obliga- que la gobernadora Rocío Nahle García haya dado un primer paso muy importante con la adquisición de 102 autobuses híbridos que darán forma a una línea que estará muy pronto en funcionamiento en la conurbación Veracruz-Boca del Río y anexas.
“Después de todo un procedimiento de análisis, pruebas, creación del fideicomiso y proceso financiero, hoy (viernes 9 de mayo) firmamos con la empresa Yutong la compra de 102 camiones urbanos híbridos para lo que será el servicio de transporte público ULÚA, para la zona de Veracruz- Boca del Río”, informó plenamente la Gobernadora en su cuenta de X-antes-twitter.
Como decían secularmente en la casa de mis abuelos, tuvo que llegar una mujer para que le entrara al toro por los cuernos con este problema que de tan viejo se había convertido en un mal que creíamos irremediable.
Cien camiones no hacen verano, pero sí son la señal inequívoca que desde el Gobierno del Estado hay la voluntad de tomar medidas, de arriesgar, de imponerse a intereses añejados.
Un sistema de transporte cómodo, limpio, seguro y eficiente, es la prueba fundamental de que una sociedad está logrando altos niveles de calidad en su vida.
Veracruz padece graves problemas y hay mucho por hacer para remediarlos, pero este primer paso sustancial para la mejor movilidad de las personas da idea de que se están haciendo cosas para llegar a una vida mejor.
Y eso debe reconocerse.