Pronto para echar las campañas al vuelo. Pronto para recelar. No es exactamente un gringo puro: mas de dos tercios de su vida los vivió fuera, sobre todo en Perú. No es exactamente un reformista, pero fue un cercanísimo colaborador de Francisco, que le encomendó nada menos que el Dicasterio de los Obispos. Deliberadamente solicitó y obtuvo la nacionalidad peruana. Recuperó las tradiciones relativas a la pompa en el simbolismo papal y apuestan que regresará a vivir al Palacio. Su mensaje: misericordia, unidad, diálogo y determinación mariana, por encima de todo.
Nadie puede oponerse a eso. ¿Capaz de quedar bien con todos y recuperar una iglesia unida? Por lo menos es discípulo de Agustín de Hipona, lo que implica votos de pobreza, la vida auténticamente misionera, la unidad, la caridad, la comunidad y la fraternidad. Ya lo acusan de ser tolerante con pederastas. En cualquier caso, todos esperamos un papa que renueve la esperanza, que ayude a pacificar, a combatir la pobreza, los genocidios y las opresiones imperialistas. La fe que puede concitar es un arma poderosa.