El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump comentó ayer con periodistas que la Presidente Sheimbaum es “una mujer encantadora” pero que es tal el temor que tiene a las organizaciones criminales que “no puede pensar con claridad”.
Aparentemente, esas afirmaciones derivan de la conversación telefónica que ambos presidentes sostuvieron el pasado 19 de abril; en ella, el mandatario le habría ofrecido a su homóloga el envío de soldados de los Estados Unidos para combatir directamente a los cárteles en territorio mexicano.
El pasado 20 de enero, Trump firmó una orden ejecutiva basada en distintas leyes estadounidenses, que declaró a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas:
“En ciertas zonas de México, funcionan como entidades cuasi gubernamentales, controlando casi todos los aspectos de la sociedad. Las actividades de los cárteles amenazan la seguridad del pueblo estadounidense, la seguridad de Estados Unidos y la estabilidad del orden internacional en el hemisferio occidental. Sus actividades, su proximidad e incursiones en el territorio físico de Estados Unidos representan un riesgo inaceptable para la seguridad nacional de este país”.

De acuerdo con las leyes de ese país, toda persona declarada terrorista que ponga en peligro la integridad de sus ciudadanos y su territorio puede ser combatida con los medios más amplios hasta la eliminación del riesgo o su neutralización, es decir, su muerte. En ese documento, Trump manifestó que los cárteles son una “amenaza inusual y extraordinaria” para EUA y declaró una EMERGENCIA NACIONAL.
El documento crea un marco jurídico para las más amplias acciones que van desde la confiscación de activos, la negación de visas, la expulsión de su país de personas presuntamente vinculadas a las organizaciones criminales, las aprehensiones e incluso la acción militar directa. La resolución incluyó al TREN DE ARAGUA, de origen Venezolano y a la Marasalvatrucha, la principal red delincuencial de origen salvadoreño que participa de la delincuencia organizada.

El Gobierno Mexicano ha sido enfático en su discurso de no permitir la intervención de militares ni policías extranjeros en territorio nacional, sin embargo, “la administración del expresidente Donald Trump estaría evaluando llevar a cabo ataques con drones en territorio mexicano como parte de una estrategia más agresiva contra los cárteles de droga, según informes recientes que han generado preocupación tanto en círculos diplomáticos como entre expertos en seguridad internacional”.
“Durante su campaña presidencial, Trump prometió enfrentar de manera contundente a los grupos criminales que operan a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos. Aunque aún no existe una decisión oficial ni un plan final definido, fuentes de alto nivel en la Casa Blanca, el Departamento de Defensa y agencias de inteligencia han confirmado que se están considerando posibles acciones militares unilaterales, incluso sin el consentimiento del gobierno mexicano, como último recurso”.
Elon Musk, el polémico empresario cercanísimo a Trump publicó en su red social que la referida orden ejecutiva permite la utilización de drones dentro de territorio mexicano, para lanzar ataques directos a los centros de operaciones de la delincuencia e incluso a los miembros de los cárteles.

También se habla de manera reiterativa de la realización de operaciones encubiertas dentro de México, sin conocimiento ni permiso de las autoridades locales.
La controversia se hizo presente incluso dentro del Gobierno de Trump, ya que a pesar de las declaraciones del súper asesor Elon Musk, Colby Jenkins, subsecretario de defensa para Operaciones Especiales, se presentó ante una comisión del Senado estadounidense, y allí declaró que a pesar de que se designó a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas, esto no implica que se puedan lanzar ataques en su contra.
Funcionarios estadounidenses han manifestado que las agencias gubernamentales de su país, incluyendo a la Central de Inteligencia, CIA, han multiplicado sus operaciones y su “mapeo” de las actividades delincuenciales en México, para tener previsto un eventual esquema de acciones punitivas.

En febrero pasado, el Senado Mexicano aprobó una iniciativa de la Presidente Sheimbaum que permitió el ingreso de los primeros asesores militares estadounidense para “asesorar” a las autoridades mexicanas.
Desde 2015, la ley autoriza el porte de armas en territorio mexicano a servidores públicos extranjeros de migración y aduanas, así como a los agentes de seguridad en las visitas oficiales de jefes de Estado o de Gobierno, ministros o equivalentes, lo que supuestamente requiere del acuerdo previo de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Trump insiste en su enfoque de que el problema de las drogas en Estados Unidos deriva de la venta de narcóticos y su introducción ilegal a su país, pero en su discurso ignora la cuestión de los consumidores de drogas “duras”, poco menos de 45 millones de personas, según el propio Gobierno Estadounidense.

Aparentemente, en la conversación telefónica bilateral, la Presidente Sheimbaum reiteró su oposición a las acciones militares directas de Estados Unidos en México y en cambio, le solicitó a Trump que aplique medidas enérgicas contra el abasto de armas y municiones a los cárteles. Otro tema polémico, debido a que los fabricantes de armas constituyen un grupo extremadamente poderoso e influyente en la política de EUA, y para ellos, los cárteles mexicanos constituyen un gran segmento de negocio.

Sheimbaum dijo que “no hace falta” la intervención directa de los estadounidenses, sin embargo, un segmento importante de la población mexicana vería con simpatía dicha intervención.
Información de agencias y archivos propios.