No está finiquitado aún el expediente abierto en la Fiscalía General de la República sobre el Gran Asalto a Veracruz escenificado desde el gobierno estatal por Duarte de Ochoa y sus cómplices. Se desconoce cómo habrá hecho Alberto Silva Ramos para superar la acusación formulada en su contra por Winckler en 2017, pero en sus declaraciones Tarek Abdalá lo señala como quien conseguía respaldar la salida del dinero público con facturas falsas y licitaciones simuladas. Es decir, el expediente aún no se cierra y permanece como espada de Damocles pendiendo sobre el cuello de quienes abusaron del erario en aquella poco afortunada administración. Sobre cuál será el desenlace final es una incógnita que permanece vigente como herida a la cual se le echa sal como recordatorio de uno de los episodios más truculentos en la historia de la entidad veracruzana.