Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
Pero no es el único que ha opinado sobre el hombre. Y si sobre las mujeres los curas se han encargado de decir todo y lo que le sigue…
Insignes pensadores hacen reflexionar sobre si no estaremos equivocados al pensar que somos la cereza del pastel. “El hombre, para sí mismo, el objeto más prodigioso de la naturaleza”. Blaise Pascal (1623 – 1662)
Cómo pueden hablar de amor. Dios es amor dicen todo el tiempo los creyentes. Y está de moda que con las manos hagan un corazoncito. ¡Ay, qué ternura! Por no citar las bendiciones que se mandan por montones y que nomás no llegan…
Cuando en este mismo momento en que escribo, un sin número de personas están siendo asesinadas a manos de un congénere; que lo mismo y ni lo conoce…
“Así dijo el Señor: Maldito el hombre que confíe en el hombre”. Jeremías (650 – 585)
Y la lista de los calificativos poco edificantes, por no decir dolorosamente denigrantes para una especie animal que se cree y se dice superior, se puede alargar con otras opiniones de mucha más gente pensante…
Pero me quedo con una para rumiar: “La Tierra tiene piel y esa piel tiene enfermedades; una de ellas se llama hombre”. Friedrich Nietzsche (1844 – 1900)
Será que la gente no se quiere dar cuenta que los seres humanos somos parásitos de La Madre Tierra; y por consiguiente, dado que un parásito no puede brotar de dentro, es forzoso admitir que la especie humana llegó de fuera, del espacio; que se aunó con las que aquí habitaban -aunque lo mismo y las violó -no lo dudaría ni tantito- y luego los eliminó a todos. Nada nuevo…
Por eso no somos eslabón de ninguna cadena ecológica. No solo salimos sobrando, somos peor que una pandemia infecciosa. Hemos invadido el mundo entero destruyendo todo lo que por enfrente se nos pone. Pero…
¿Es que así somos? ¿Así también es quien nos hizo a su imagen y semejanza? ¿Será que los parásitos también tienen sus dioses parásitos?
Pues no; ciertamente que no somos así. Nos hemos convertido en insensatos depredadores que matan por matar. Pero ¿cómo, cuándo, dónde y por qué?
Eso se los platico mañana, si el Sol me presta vida.