Cárdenas en la presidencia del CEN del PRI mueven sus influencias entre los ex gobernadores del Revolucionario Institucional para que expongan argumentos sólidos contra el campechano –luego de que éste se negó a reunirse nuevamente en privado con al menos nueve de sus predecesores, conminándolos a que lo que quieran exponerle a él lo hagan en abierto ante los miembros del Consejo Político Nacional en su próxima sesión–, en Veracruz muy difícilmente van a encontrar apoyo entre los cuatro ex mandatarios estatales que todavía sobreviven y que supuestamente siguen militando en el partido tricolor.
Patricio Chirinos Calero, por ejemplo, quien por su cercanía con Carlos Salinas de Gortari muy posiblemente respaldaría al grupo de la senadora Claudia Ruiz Massieu –la sobrina del ex presidente que promueve para la dirigencia del PRI al hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación y actual coordinador de los senadores priistas–, lleva ya cerca de 24 años en total ostracismo político.
Desde 1998 que entregó la gubernatura a Miguel Alemán Velasco jamás se volvió a aparecer públicamente en Veracruz y hasta la fecha casi nadie sabe dónde está y a qué se dedica. De los hombres fuertes que colaboraron con él como secretarios de Gobierno en su administración, Miguel Ángel Yunes Linares –muy allegado a Osorio Chong– milita desde 2004 en el PAN, partido por el cual llegó en alianza con el PRD a la gubernatura en 2016, mientras que su sustituto en la Segob, Salvador Mikel Rivera, falleció en octubre de 2015.
Por su parte, Alemán Velasco, quien en 1998 sucedió a Chirinos, actualmente enfrenta serios problemas con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) –motivo por el que su hijo Miguel Alemán Magnani anda en calidad de prófugo desde el año pasado–, tampoco se le ha visto hacer activismo político. Inclusive, algunos de sus ex colaboradores más cercanos, como sus ex secretarios particulares Roberto López Delfín y Gonzalo Ramírez Pitta, se les ha visto muy cerca de Morena.
El ex gobernador más hiperactivo, Fidel Herrera Beltrán, quien relevó a Alemán Velasco en 2004, si gozara de mejor salud ya estaría inclusive disputándole a “Alito” Moreno el liderazgo partidista, pero el cuenqueño permanece postrado en cama desde hace cuatro años debido a un derrame cerebral que lo semiparalizó. Además, su hijo Javier Herrera Borunda es actualmente secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Verde, aliado del obradorismo, con el cual vienen colaborando o militando varios de sus ex colaboradores, como Ranulfo Márquez y Alberto Silva Ramos, ex presidentes del Comité Directivo Estatal del PRI.
Javier Duarte, que a su vez sucedió a Herrera Beltrán en 2010, fue expulsado del partido tricolor en 2016 y, al año siguiente, fue detenido en Guatemala y extraditado a México. Actualmente se encuentra preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por asociación delictuosa y lavado de dinero.
Y Flavino Ríos Alvarado, gobernador interino del 12 de octubre al 30 de noviembre de 2016, después de permanecer entre marzo y mayo de 2017 en prisión por haberle facilitado supuestamente un helicóptero a su ex jefe Duarte de Ochoa para que huyera a Centroamérica, se encuentra dedicado desde entonces a su notaría pública en Minatitlán.
Así que los ex dirigentes priistas que buscan derrocar a Moreno Cárdenas difícilmente encontrarán apoyo en Veracruz como el que acaban de recibir de parte de los ex gobernadores de Chihuahua, Fernando Baeza Meléndez (1986-1992), Patricio Martínez García (1998-2004) y José Reyes Baeza Terrazas (2004-2010), quienes este martes publicaron una carta abierta dirigida al presidente del CEN del PRI en el que le exponen, entre otros planteamientos, fundamentalmente lo siguiente:
“Su permanencia en la presidencia del partido no abona al campo electoral donde se siembra con credibilidad, confianza y liderazgo con arrastre, para cosechar los votos que dan sentido al camino de un partido hacia posiciones de poder y autoridad, en la permanente búsqueda a de justicia social.
“Don Plutarco (Elías Calles, fundador del Partido Nacional Revolucionario, PNE, que posteriormente daría origen al PRI) tuvo grandeza de objetivos y organización para lograrlos, contribuyendo a través de la política y el partido, a un México ejemplo de estabilidad y progreso para Hispanoamérica en el siglo XX.
“Tenga usted la grandeza de reconocer sus fallas. Esto le será más aplaudido por la juventud y la población toda, que si persiste en su idea de seguir haciendo su propia campaña, sacrificando adeptos y simpatizantes que no son suyos, sino de una institución indispensable para este país, que como entonces, está ansioso de un faro que lo guíe en la bruma en que nos encontramos.”
Y le puntualizan: “El mayor enemigo está en el abstencionismo. Lo aquí planteado, va al ataque de las causas del mismo. No hay alternativa”.
Al final le expresan cordialmente su saludo, remarcándole que “aun en la discrepancia, no hay merma en la cortesía para hacérselo llegar a usted y todo el Comité Ejecutivo Nacional, de parte nuestra y de miles de Chihuahuenses integrantes de nuestro partido que coinciden plenamente con lo aquí expresado”.