La plática de los periodistas con el Arzobispo de Xalapa siempre es amena y valiosa. Y así resulta porque monseñor Jorge Carlos Patrón Wong, además de ser una persona inteligente e informada, demuestra un interés especial por la comunicación y por el trabajo que realizan los comunicadores.
No sería exagerado decir que tal vez el joven Jorge Carlos pensó en dedicarse a la comunicación masiva, aunque su corazón terminó por inclinarse hacia el servicio a Dios.
He ahí una razón por la que don Jorge Carlos contesta con seriedad y aplomo a todo lo que se le cuestione, pero él a su vez voltea la tortilla… y pregunta a los reporteros.
—Les voy a contestar con gusto todo lo que me pidan —nos aclara a los presentes de la Acover en la reunión del lunes pasado en la Curia de Xalapa—, pero me interesa mucho saber de ustedes, conocer su opinión, escuchar sus versiones de los hechos —se detiene un momento fugaz, la mirada en la búsqueda del tiempo hallado, y nos dice: —Quiero saber de ustedes porque me preocupa su situación que sé es difícil, los peligros que corren, el estado anímico y moral de sus familias.
Es, para resaltar la obviedad, un prelado sensible a los medios, interesado por la información, orientado a la libertad de las expresiones y al derecho universal a la información.
Por eso lanzó su interrogante llena de interés: —¿Cómo se sienten ustedes, cuatro años después de este gobierno? ¿Cómo se perciben a diferencia del pasado?
Las evidentes respuestas le dijeron al pastor lo que él ya sospechaba, que los periodistas tenemos miedo al ejercer nuestro oficio, que nos secuestran, que nos matan, que nos desaparecen –esa especie de muerte aún peor si se pudiera, que deja en la indefensión de la duda permanente a nuestros seres queridos.
En lo personal, me interesaba conocer a detalle su opinión sobre un hecho que parece paradojal: la Iglesia Católica, predicadora y símbolo de la paz enseñada por Jesús, pide al presidente López Obrador -quien sigue entecado en su política de Abrazos no balazos- que actúe con mayor firmeza en contra de la delincuencia, de los criminales, organizados o no.
—La Iglesia, todos los que la conformamos –porque somos parte del pueblo-, tenemos que enfrentar la injusticia, porque para construir la paz la primera base es la justicia. Comenzando con un respeto básico de la vida humana, nunca nos enfrentamos contra personas, pero sí hablamos, sí promovemos el respeto de las personas. En nuestra oración, pero también en nuestra acción promovemos el respeto… En la Iglesia abrazamos a todos, pero pedimos que todos nos respetemos, y un respeto básico es la vida del ser humano.
Sabemos que seguiremos hablando con monseñor Patrón Wong porque él tiene mucho que decir y hacer, como lo ha estado diciendo y haciendo en estos cuatro meses gloriosos de su pastorado…