jueves, noviembre 7, 2024

Ahí te los dejo…

Después de una intoxicación que me ocasionó temperatura y que se complicó con una bronquitis severa debido al enfriamiento por las bajas temperaturas y las constantes idas al baño a evacuar, que me mantuvieron sin escribir durante los últimos 4 días…

Ya recuperado, gracias a las sabias palabras del Maestro Hipócrates (460 – 370) el Padre de la Medicina de que “Alimentar a un enfermo es alimentar la enfermedad”.  enseñanzas que la Medicina moderna convenientemente ignora…

Y desde luego ayudado por los conocimientos del Maestro Samuel Hahnemann (1755 – 1843) Padre de la Homeopatía -enseñanzas que la Medicina también moderna convenientemente ignora-.  Pues sin sus preceptos habría sido más difícil la recuperación.  En el entendido de que las medicinas no curan.  La que cura es la Madre Naturaleza…

Me dispuse a revisar mis correos y me encontré un video -no supe cómo anexarlo a los Diarios que me hacen el favor de publicarme, por ello les pido a quienes lo puedan ver, lo compartan- que literalmente me conmovió hasta el llanto; y sin exagerar me partió el alma.  Por lo que les rogaría a mis 3 amables lectores que lo vieran detenidamente antes de continuar leyendo el presente escrito…

Que posiblemente sea el último después de más de 4,000 artículos -documentados- que he escrito durante tantos años por varias partes del territorio nacional.  Pues viéndolo, entenderán el por qué la decisión que he tomado de no volver a escribir sobre política…

Hace más de 20 años he expresado mi opinión acerca de que ya desde hace rato se cruzó la línea del no retorno, es decir, que ya no hay vuelta atrás; ni forma de evitar lo que nos espera como especie…

Antes de continuar, quiero citar una vez más a Pitágoras (569 – 475) sin duda el hombre más trascendente de la humanidad, quien dijo que “El bien y el mal no existe; solo existe la salud y la enfermedad”.  Razón por la cual todavía a las enfermedades se les llama mal.  Se puso malo dicen…

Pero que fue ignorado por las religiones y el adoctrinamiento de sus patéticos representantes que como bien lo dijo Tito Lucrecio Caro (99 – 55) “Cuántos males se han derivado de las religiones”

Pues despegaron a los hombres de La Madre Tierra, haciendo creer que sus Leyes podían violarse y que el perdón de los “pecados” tenían ellos el poder de hacerlo efectivo…

Cuando nadie, absolutamente nadie puede violar la Ley de Causa y Efecto, citada en El Kybalion, escrito que se le atribuye al legendario egipcio Hermes Trismegisto “Padre del Hermetismo” Los romanos le llamaron la Ley del Acto-Reacto…

En uno de mis libros sobre el aborto, entrevisté a Girolamo Prigione (1921 – 2016) alto diplomático del Vaticano; y autor intelectual del reconocimiento jurídico de la iglesia en México; quien citó una frase que reproduzco: “Dios perdona siempre, el hombre a veces, La Naturaleza nunca”…

Por lo que, en base a esas por demás absurdas creencias, la gente dejó considerar a La Madre Tierra, como el ser que nos da todo; que sustenta la vida de todo cuanto existe.  Y se comenzó a destruir sistemáticamente el mundo en aras de la desmedida ambición de los humanos por el dinero…

Pensar que haya personas que atesoran miles de millones de dólares, mientras hay gente que muere de hambre, es incalificable.  Y a considerar a los animales como seres inferiores; cuando los que salimos sobrando somos nosotros…

Cito de nueva cuenta a Pitágoras: “El hombre que actualmente puebla el Planeta, vino de las estrellas, por eso siempre querrá regresar a ellas”…

Casi obligado mencionar que acorde a la Biología, los seres más importantes del Planeta, no somos los humanos; sino las abejas.  Y hasta a ellas las estamos exterminando.  A ese grado de estulticia hemos llegado…

Y últimamente a considerar y hasta festinar a los anormales -lo que no es normal, es anormal- y los que van contra Natura, son antinaturales -la homosexualidad va en contra del instinto de la conservación de la especie y consecuentemente es antinatural-…

Ante este tétrico panorama para el hombre; pero favorable para toda la vida del Planeta, para las plantas y los animales, ya nada se puede hacer.  Aunque cada cual debe de continuar haciendo lo suyo.  La labor de recoger los plásticos es ciertamente meritoria, pues salvarán seguramente muchas vidas; por supuesto más valiosas que la de la especie humana…

En mi caso, consciente de que todo lo que he escrito no ha servido de nada, solo me queda ayunar.  Por ello, completaré un ayuno de 40 días, como agradecimiento a la Madre que nunca tuve; y en solidaridad con el resto de los animales que tanto amo.  Seguro que no servirá de nada.  La suerte ya está echada; pero cuando menos yo habré hecho lo mío…

El adoctrinamiento de las religiones es tan brutal, que el 12 de diciembre festejan su vergonzante idolatría, ¡con globos! que finalmente van a dar el mar.  Y lo mismo hacen porque nació un niño dios que no ha servido para traer armonía y paz y respeto a la vida; pero si mucho dinero a quienes dicen ser sus representantes…  

Fue desgarrador para mí ver como una madre -cuales quiera de ellas muy superiores a las madres humanas- trata de mitigar el hambre de sus polluelos dándoles de comer plásticos. Pensar o creer que los animales no tienen sentimientos, es ya demasiada estulticia…

Por ello, paso la estafeta enviando una respetuosa misiva al coronavirus: Ahora es tu turno, Ahí te los dejo.

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