viernes, noviembre 22, 2024

Los partidos «reflexionan», ¿su futuro, o el de México?

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El Consejo verificador de firmas de adhesión a las precandidaturas del Frente opositor a la presidencia de la república decidió bajar de la competencia a Silvano Aureoles y a Miguel Mancera porque, si bien rebasaron el número de firmas requerido para solventar su participación, por este motivo la dirigencia nacional del PRD se inconformó y decidió hacer una pausa en su condición de miembro activo de la Alianza Va por México. Por la parafernalia política de estos casos era de esperarse una reacción de esa naturaleza, pese a estar en pleno conocimiento del por qué ni Mancera ni Aureoles no debían seguir en la competencia, porque si bien juntaron más de las 150 mil firmas requeridas algunas o muchas fueron desechadas por no cumplir con el requisito establecido y, además,  la dispersión territorial no fue cumplida. Pero no había de otra, algo debía hacerse para dar una salida con mayor decoro. Pese a que Aureoles “sugirió” que el PRD saliera del Frente partidista (“o nos respetan, o vamos solos”), Jesús Zambrano, quien es un político experimentado, pragmático y muy  corrido como para calentarse con el roce de una chispa, ya declaró que el PRD sigue en el Frente. Por supuesto, eso se inscribe en el mundo de las apariencias, porque en realidad es parte de un show que debe ser muy bien actuado para no generar una errónea percepción de resquebrajamiento.

En otra pista del mismo escenario la actuación corre a cargo de Movimiento Ciudadano cuya nomenclatura entró en el periodo de “reflexión” este fin de semana, tras de ese profundo éxtasis quizás decidan el camino de su participación en la épica elección de 2024, si van con candidato propio, como lo anunció Dante Delgado el 12 de julio, o se adhieren al Frente opositor. No la tiene fácil el dirigente nacional Dante Delgado, pues tiene la tarea de convencer a Enrique Alfaro de que su estrategia “aislacionista” es la adecuada, obviamente para su partido, porque su participación con candidato propio indudablemente impactaría fuertemente en el devenir del Frente opositor y, según diagnóstico del presidente Calderón dañaría al país. De ese tamaño se mide la coyuntura de MC, un partido de escasa convocatoria pero por el imperio de las circunstancias convertido ahora en un gozne electoral de importancia. Tiene la palabra la nomenclatura de MC, su decisión tiene en vilo las circunstancias político-electorales del momento. ¿Cuál será el papel de este partido? ¿El de esquirol electoral? ¿De tercero en discordia? Lo ignoramos, pero la incógnita será despejada a más tardar en septiembre próximo.

A propósito, no escapa a la observación más ligera la ausencia de argumentación convincente para explicar su resistencia a formar un bloque opositor único, porque eso de que se abstuvieron de participar en el Estado de México porque el PRI y Morena ya habían acordado “Coahuila para el PRI, Estado de México para Morena” es de párvulo político; y lo de que la ciudadanía les exige hacer “política moderna”, no las “tradicionales” empleadas en el Frente. A leguas se advierte la urgencia de una mejor argumentación porque lo que está en juego es el destino inmediato del país. Pero cada quien sigue su script.

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