jueves, diciembre 26, 2024

¿Qué hará Marcelo?

En este espacio he dicho, y sostengo, que Marcelo Ebrard sería un buen presidente de México. Se trata de un político profesional que se ha preparado toda su vida para llegar a ese puesto.

 

  • Como jefe de Gobierno del DF (2006-2012) sacó adelante una agenda liberal de derechos sociales, entre ellos la interrupción voluntaria de un embarazo. Construyó obras públicas de gran calado y logró niveles razonables de seguridad en la ciudad. No todo fue miel sobre hojuelas. Ahí está, por ejemplo, la pésima edificación de la Línea 12 del Metro. Pero creo, y así lo dije en su momento, que su saldo fue favorable.
  • Marcelo tenía todo para convertirse en candidato presidencial de la izquierda para las elecciones de 2012. No obstante, a la hora de la verdad, cuando tuvo que enfrentarse a López Obrador, reculó.Seis años antes, cuando había tomado posesión como jefe de Gobierno del DF, en este espacio dije que Ebrard tenía que superar ya a sus dos padres políticos: Manuel Camacho y AMLO. En ese entonces, Marcelo tenía 47 años de edad y dos décadas de dedicarse al servicio público, siempre como “segundo de abordo” de estos dos políticos.A Camacho lo acompañó en el gobierno capitalino, en el federal y en la creación fallida del Partido del Centro Democrático. Con López Obrador fue pieza clave del gobierno de la ciudad y acabó siendo su sucesor.El 2006 era el momento de sacudirse a sus dos padres putativos. Ebrard debía demostrar que ya no era un segundón, sino que tenía un liderazgo propio, un sello particular en su actuar como gobernante. Mostrar su independencia, tanto de Camacho como de AMLO.
    PUBLICIDAD
    Creo que lo logró como jefe de Gobierno. Sin embargo, no dio este paso en la lucha política dentro del PRD por la candidatura presidencial de 2012. Cuando pudo haberse impuesto al tabasqueño en aquel proceso con unas encuestas muy empatadas, Marcelo buscó a Camacho, quien le aconsejó no pelearse con AMLO y dividir el voto de izquierda. Ebrard le hizo caso. Siguiendo el consejo de uno de sus padres políticos, le dejó la candidatura al otro.

    Y él tuvo que irse al exilio porque, tanto el presidente Peña como el nuevo jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quisieron meterlo a la cárcel por rencillas políticas. Marcelo regresó del exilio y se unió al gabinete de López Obrador. Otra vez bajo su sombra. De nuevo en el papel de “segundón”. Con un ojo puesto, desde luego, en buscar de nuevo la Presidencia. 

  • Sin embargo, AMLO tenía otros planes. Su favorita para convertirse en la candidata presidencial de Morena era Claudia Sheinbaum. Sigue siendo y será. Hoy se anunciará oficialmente. Y Marcelo, de nuevo, se quedará en la línea.
  • ¿Qué hará hoy cuando se informe que la candidata morenista será Claudia?No creo que renuncie a Morena. No está en su naturaleza. Además, tiene muy poco que ganar y mucho que perder si decide retirarse del lopezobradorismo.No dudo que haga pataletas, pero, al final, se disciplinará. Él sabe que AMLO lo puede hacer picadillo en un par de mañaneras. En la mejor tradición de utilizar la justicia con fines políticos, el gobierno puede acusarlo de todo tipo de casos de corrupción, reales o ficticios.Dicen que Marcelo también le sabe muchas cosas escandalosas a AMLO. Puede ser. Pero el poder del Estado lo tiene el tabasqueño y lleva todas las de ganar. Ebrard no come lumbre. Nunca lo ha hecho a lo largo de su carrera. Sí, ha tomado riesgos, pero precisamente por la lealtad que les ha profesado a sus dos jefes. Nunca traicionó a ninguno de ellos. No lo veo haciéndolo a estas alturas de su carrera.El momento de Marcelo era en 2012. Ahí es donde tuvo todo para romper el cordón umbilical con AMLO, tal y como hizo éste con Cuauhtémoc Cárdenas en algún momento de su carrera. Así es la política. Se llega a instancias donde hay que tener los tamaños para independizarse de los padrinos. Me temo que Ebrard no lo hizo cuando lo pudo hacer.Hoy ya es tarde. No será Presidente. Ni siquiera candidato. Se llevará un premio de consolación de los que anunció AMLO. Muy probablemente se convertirá en el líder de Morena en el Senado. Desde ahí tratará de consolidar un grupo ebrardista dentro del partido. Sea quien sea la presidenta, Claudia o Xóchitl, tendrá que negociar con Marcelo para sacar adelante su agenda legislativa. No es poco poder. Pero no es el de la Presidencia de la República.           
  • X: @leozuckermann
  • otros columnistas