Para quienes formamos en la amplísima sección de la sociedad civil, teniendo enfrente el espectáculo que día a día escenifican los actores de la clase política nos resulta muy difícil digerir algunas de sus expresiones, no pocas del corte semejante al teatro del absurdo. Porque escuchar decir a la alcaldesa de Acapulco que la violencia adueñada de esa ciudad se debe a las elevadas temperaturas del lugar mueve a risa que termina en depresión. O bien, leer un comunicado expedido por el área de comunicación social de la recién reinaugurada línea aérea Mexicana de Aviación que el “Boing” (en vez de Boeing) que voló en viaje inaugural de México a Tulum aterrizó en Mérida debido al mal tiempo, revela un monumental descuido asociado a supina ignorancia. Muchos casos de semejante estulticia podían configurar un enorme rosario de perlas tan extenso que el ya legendario Nikito Nipongo utilizaría como fuente de sus sarcásticos comentarios para deleite de su enorme caudal de seguidores.
Ese es el síndrome del que parece haberse contagiado el equipo que diseña la estrategia y agenda de Rocío Nahle, precandidata de MORENA al gobierno veracruzano en su recorrido por la entidad, pues en un video ya profusamente difundido se advierte que en su discurso hace referencia al extenso litoral que bordea nuestros límites territoriales por el lado Este, pero ¡Oh sorpresa! va asociado con una imagen de la laguna de Catemaco (¿Por qué no Monte Pío?). En descargo de culpas, ese disparate pudiera encontrar explicación lógica si nos colocamos en el supuesto de que entre quienes diseñan la estrategia de campaña de Rocío Nahle figura Xóchitl Arbezu, quien fuera la primera secretaria de Turismo del actual gobierno estatal, cuando entre otras ocurrencias promoviera el disfrute de las playas de Poza Rica (¡!). Más aún si también figura en esa comisión de desaciertos Roberto Ramos Alor, quien se desempeñó como secretario de salud en los primeros años del gobierno estatal, dejando huella indeleble de su precario desempeño la lúdica frase de su autoría referida a los periodistas: “ningún chile les embona”. Es precampaña, habrá oportunidad para corregir entuertos para una mejor competencia, porque si doña Rocío quiere competir con solvencia en el palenque electoral se antoja necesario un cuarto de campaña a la altura de las circunstancias, que demuestre capacidad para enfrentar al gran reto de convencer a la ciudadanía veracruzana de que se tienen los tamaños para atender el grave retraso socioeconómico de la entidad, porque en verdad Dos Bocas pesa, y mucho.