jueves, noviembre 21, 2024

El Ejército vetó la legalización de la cannabis

En diciembre pasado se cumplieron dos años de que la iniciativa de ley que legaliza y regula el uso de la cannabis y el cáñamo en México, con fines lúdico e industrial y comercial, fue «congelada» en el Senado de la República. A pesar de que la Suprema Corte de Justicia despenalizó el consumo personal y lúdico de la mariguana desde 2018 y de que la Cámara de Diputados aprobó desde junio de 2021 la nueva ley que despenalizaba el consumo lúdico y permitía la industrialización de la mariguana y el cáñamo, en el Senado el proyecto de ley regulatoria estaba listo y consensuado desde diciembre de 2021, pero presiones externas a esa cámara legislativa obligaron a la coordinación parlamentaria de Morena a abandonar el tema y a mandarla al limbo legislativo donde sigue a la fecha.

Oficialmente senadores que impulsaron esa iniciativa, como la morenista Olga Sánchez Cordero, han hablado de «resistencias» que impidieron que se llevara al pleno la ley de la cannabis y otros han argumentado que no hubo acuerdos en temas como la creación del instituto federal que debía regular el consumo de dicha droga o sobre la edad mínima para poder consumirla legalmente; pero la realidad de por qué los mismos morenistas que había declarado la legalización de la mariguana y el cáñamo como una «prioridad legislativa» terminaron abandonándola, tiene que ver con un veto directo y fulminante que llegó desde Palacio Nacional para que frenaran cualquier avance legislativo en la materia.

El veto presidencial, si bien fue emitido por López Obrador, quien mantiene una posición conservadora respecto a la legalización de la cannabis, no fue precisamente una decisión solamente suya. Legisladores de Morena que estuvieron cerca de ese tema nos aseguran que fue el Ejército mexicano, el cual, a través de sus altos mandos, le pidió al Presidente que frenara la aprobación de la iniciativa de ley que ya estaba lista en el Senado, porque los militares no estaban de acuerdo con su aprobación. Según esa versión, un grupo de generales de la Sedena, encabezados por su titular, pidieron ver al Presidente para expresarle su punto de vista sobre el proyecto legalizador de la cannabis para uso lúdico.

«No estamos de acuerdo Presidente, que mientras se manda al Ejército a combatir la producción y trasiego de drogas, se le abra la puerta de la legalización a la mariguana que es considerada como la primera droga de consumo para los jóvenes y la puerta de entrada a otras drogas más duras y peligrosas. Si su partido aprueba esa legalización, las Fuerzas Armadas nos retiramos de esa labor de combate al narcotráfico», habrían dicho los miembros de la cúpula militar al mandatario en un encuentro privado donde se trató el tema a petición de los verdes.

Por eso fue que, cuando ya estaban negociado la mayor parte del contenido de la iniciativa de ley que recibieron aprobada desde la Cámara de Diputados y habían consensuado ya la mayor parte del texto, desde Palacio Nacional llegó el parón que pidió detener la discusión de la legalización y la bancada de Morena, entonces comandada por Ricardo Monreal, le ordenó a las Comisiones de Salud y de Justicia del Senado, que detuvieran la elaboración del dictamen que ya estaba en vías de terminarse para ser presentado y votado en el pleno senatorial.

Por eso desde diciembre de 2021, hace poco más de dos años, la iniciativa que reforma cinco artículos de 2021, la misma que permitiría generar toda una industria para producir y comercializar cannabis para uso lúdico y cáñamo para diversos usos industriales, agrícolas y hasta ambientales, se encuentra olvidada y durmiendo el sueño de los justos en las comisiones legislativas del Senado. Mientras que en Estados Unidos y Canadá la cannabis ya es legal en todos sus usos y se ha generado un mercado millonario y toda una industria alrededor de esas plantas, en México se desaprovecha y se cancela el que podría ser un mercado comercial e industrial valuado en 230 millones de dólares, según una proyección que realizó la organización CannabiSalud con base en datos de la consultora Statista.

Y todo indica que a partir del veto del Ejército y de la posición conservadora de López Obrador sobre el tema, la iniciativa quedará para que la analice y rescate la próxima legislatura del Senado que asumirá funciones el 1 de septiembre de 2024, por lo que la posición personal y política que tengan los tres candidatas y candidatos presidenciales será clave en ese tema.

Hasta ahora en las recién iniciadas campañas, el tema de la cannabis y su legalización sólo ha sido abordado de manera directa y puntual por el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, quien ayer durante un foro con estudiantes de la Universidad Iteso de Guadalajara, expresó su posición en torno al prohibicionismo del gobierno de López Obrador en el tema del uso de vapeadores y el consumo lúdico y legal de la cannabis. «Las prisiones en México están llenas de gente fundamentalmente pobre, porque cuando se dice que las drogas son ilegales, que la mariguana es ilegal, es ilegal para el pobre… A ninguno de nosotros, casi a ninguno de nosotros (dijo en alusión a los estudiantes y académicos que lo escuchaban) nos llevarían a la cárcel por fumar un porro, porque tienes mecanismos para defenderte, a través de un amparo, de un abogado, de una fianza, muchos de una mordida, de una palanca, de hablarle a alguien».

Luego el candidato presidencial emecista abundó: «Si tuviéramos una regulación de este tipo podría tener un etiquetado para que supiéramos qué producto se está consumiendo y cuáles son las cantidades legales. Por mucho la regulación es mejor que el modelo prohibicionista», dijo Alvarez Máynez ante los estudiantes del instituto tapatío.

Las otras abanderadas a la Presidencia no han abordado aún el tema de la cannabis legal ni se han posicionado en su campaña, aunque anteriormente tanto Claudia Sheinbaum de Morena y aliados y Xóchitl Gálvez de la coalición Fuerza y Corazón por México, ya se han pronunciado sobre el tema.

En junio de 2021, tras la resolución de la Corte que levantó la prohibición a la portación y consumo lúdico de la mariguana, Sheinbaum comentó: «Me parece bien que la Suprema Corte de Justicia haya resuelto de acuerdo a lo que evaluaron en términos de esta solicitud… Lo que me parece más importante es no criminalizar a los jóvenes que consumen, sino, finalmente, con lo que no estamos de acuerdo es con la violencia que se genera alrededor de la venta de droga», dijo el 29 de junio de aquel año la entonces Jefa de Gobierno de la CDMX.

Xóchitl Gálvez, por su parte, cuando era senadora de la República, dijo estar a favor de la iniciativa de legalización para uso lúdico e industrial: «Voy a votar a favor de que el regular es mejor que el prohibir, porque creo que el prohibir ha demostrado ser un auténtico fracaso. Coincido que la regulación tiene que ser paulatina, se establecerán reglas para su consumo, sin perder de vista que la mariguana es una droga. Hoy la mariguana se vende de manera ilegal, fomenta el mercado negro y genera violencia», dijo la hoy candidata aliancista en 2020.

La pregunta es si cualquiera de los tres candidatas y candidato que gane la Presidencia con el voto mayoritario de los mexicanos se decidirán a entrarle a la legalización y regularización del uso lúdico e industrial de la cannabis y el cáñamo, más allá de prejuicios y tabúes, para que México aproveche el enorme potencial que tiene en la producción, industrialización de esas dos plantas que se dan de manera natural en el territorio nacional, o si, igual que con López Obrador, prevalecerán sus prejuicios personales y, sobre todo, si permitirán que también el Ejército siga presionando y vetando una legalización que ya aprovechan, con la creación de mercados millonarios, Estados Unidos y Canadá, además de varios países de Latinoamérica… Dados girando. Primera Escalera Doble de la semana.

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