Entre las circunstancias imperantes en 2018 y las actuales median diferencias sustanciales en todos los órdenes, el político incluido. Se refleja medularmente en la gobernanza porque en lo federal gobierna Morena ya no el PRI, y en el orden estatal en Veracruz el PAN dejó lugar a Morena; en 2018 López Obrador entró en relevo de Peña Nieto en la presidencia y en Veracruz llegó Cuitláhuac García como sucesor de Miguel Ángel Yunes Linares. Electoralmente, en esta entidad hace seis años compitieron por el gobierno estatal José Yunes Zorrilla (PRI), Miguel Ángel Yunes Márquez (PAN), y Cuitláhuac García (Morena). En la competencia federal de ahora puntean dos mujeres, acompañadas por el candidato de Movimiento Ciudadano, quien se entretiene haciendo rounds de sombra. Ahora la competencia es entre colectivos partidistas, PRI-PAN-PRD, por un lado, y Morena, Pt y Verde Ecologista por el otro. Peña Nieto llamó a retirada en plena campaña, mientras que ahora López Obrador participa activamente con entrometido e ilegal activismo a favor de su partido. En Veracruz, respecto a lo federal la similitud estriba en la competencia entre colectivos partidistas y la tendenciosa participación del sector gobierno, aunque hace la diferencia la participación de una mujer como candidata al gobierno. De los tres candidatos al gobierno estatal realmente la competencia es solo entre dos: Pepe Yunes y Rocío Nahle. Uno de ellos será el mandatario (@) veracruzano para el periodo 2024-2030; aunque desde el cuarto de guerra de Rocío Nahle se intenta sembrar en el subconsciente colectivo una considerable ventaja sobre su oponente, esa tarea se dificulta porque el candidato del PRI-PAN-PRD, José Yunes Zorrilla, es mucho más conocido en Veracruz que Rocío Nahle, luego entonces aquella promoción del “ésta ya la ganamos” no aterriza en suelo firme y carece de sustento real.
Una diferencia de elevados decibeles entre el actual proceso electoral veracruzano respecto del 2018 radica en el fortalecimiento de las filas de la Coalición Fuerza y Corazón por Veracruz, cuya base es la acumulación de experiencias en esas lides de quienes respaldan a José Yunes Zorrilla. El lunes pasado se formalizó el Convenio de Coalición entre la Asociación Política “Alianza Generacional” con el PRI, lo suscribió el dirigente de esa organización, Héctor Yunes Landa, cuya trayectoria política es de todos conocida y reconocida, como gustaba en decir Javier Duarte de Ochoa, por cierto, estos personajes protagonizaron episodios de ríspido antagonismo, porque Yunes Landa en no pocas ocasiones hizo puntual referencia sobre el escandaloso latrocinio provocado al erario por no pocos de quienes integraron el gobierno duartista. En el evento del lunes, al cual aquí aludimos, dijo Héctor Yunes: “Con Pepe Yunes como testigo -un compañero de mil batallas y con quien he coincidido por muchos años, en unidad y recíproco respeto, en la construcción de un mismo proyecto por Veracruz-, esta tarde Alianza Generacional formalizó su Convenio de Coalición con el PRI para participar en el proceso electoral 2024”. Y ciertamente, ambos actores políticos, Pepe y Héctor, han coincidido en múltiples episodios de la narrativa política veracruzana; mucho y bien habla de José Yunes Zorrilla cuando en 2015, en el marco del quinto informe de gobierno, Duarte, el gobernador, instruyó dejar sin espacio al senador Yunes Landa, contra ese afrentoso gesto a un compañero de lides políticas, en solidaridad el senador Yunes Zorrilla acompañó a Héctor Yunes Landa ausentándose del evento pese a que, él sí, tenía reservado un asiento. Efectivamente, ésta será una batalla electoral memorable, porque nunca hubiéramos imaginado una estrecha colaboración en sinergia electoral donde en una esquina del cuadrilátero electoral confluyen en el objetivo común de triunfar el dos de junio: Miguel Ángel Yunes Linares, Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa. En póker, ¿Quién mata esa escalera real de color?