Agencias/Sociedad 3.0
En vísperas del Día de las Madres en México, un sentimiento de dolor y lucha ensombrece la celebración para muchas mujeres. Aquellas que han perdido a sus hijas y los niños que quedan huérfanos debido a los feminicidios son protagonistas de esta realidad desgarradora en un país que enfrenta una ola de violencia machista.
María Antonia Márquez, de 63 años, lleva más de dos décadas buscando justicia desde el asesinato de su hija Nadia Muciño en el Estado de México. Desde entonces, ha tenido que asumir el papel de madre y bisabuela, brindando apoyo a sus nietos y ahora a su bisnieto. A pesar de trabajar arduamente bordando prendas para sostener su hogar, María Antonia ha enfrentado innumerables obstáculos en su lucha por justicia, mientras enfrenta el trauma de ver a sus nietos sufrir las secuelas del crimen atroz.
La falta de atención psicológica adecuada y el revictimización por parte de las autoridades han exacerbado el sufrimiento de estos niños, quienes han quedado marcados por la violencia que presenciaron. Muchas madres como María Antonia no celebran el Día de las Madres, ya que continúan luchando contra un sistema que falla en proteger a las mujeres y castigar a los agresores.
En los últimos seis años, más de 16,570 mujeres han sido víctimas de homicidio doloso en México, con más de 5,556 casos catalogados como feminicidios. Estas cifras representan una tragedia que afecta a miles de familias en todo el país, dejando a una gran cantidad de niños en la orfandad, siendo las abuelas quienes frecuentemente asumen su cuidado.
La falta de reconocimiento oficial de esta población infantil en situación de vulnerabilidad dificulta aún más su atención y protección. Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios, advierte que estos niños son víctimas directas de un sistema que a menudo es cómplice y omiso frente a la violencia de género. La ausencia de estadísticas precisas sobre esta población infantil complica aún más su identificación y atención, lo que perpetúa su invisibilidad y vulnerabilidad.
Es imperativo que se reconozca y aborde la situación de los niños que quedan huérfanos por los feminicidios en México. Garantizar su acceso a la educación, la salud y el apoyo psicológico es fundamental para romper el ciclo de violencia y garantizar un futuro más seguro y digno para estas víctimas inocentes.
El Día de las Madres en México debería ser una celebración de amor y gratitud, pero para muchas mujeres como María Antonia, es un recordatorio doloroso de la tragedia que han enfrentado y la lucha incansable por justicia y protección para sus hijos y nietos.