Ninguna campaña es fácil para ningún candidato; pero si quien aspira a un cargo público tiene que hacer proselitismo con problemas de salud, el esfuerzo se vuelve doblemente desgastante. Eso le está pasando en estos momentos a Clara Brugada, candidata de Morena, PT y Verde a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, quien además de enfrentar un escenario cada vez más cerrado y competido por el gobierno capitalino, donde la oposición y su candidato Santiago Taboada le vienen pisando los talones, con un electorado chilango enojado y cada vez más crítico hacia los gobiernos morenistas, encima tiene que moverse padeciendo de dolores intensos por una cirugía de columna que le realizaron justo antes de iniciar su campaña.
La decisión de operarse la tomó Clara Brugada, según confirman personas de su equipo cercano, justo en el periodo de intercampañas, cuando uno de sus médicos tratantes le recomendó operar un problema que traía con unas vertebras, con el argumento de que su recuperación sería rápida y estaría al 100% para cuando iniciara formalmente su proselitismo. La candidata se puso en manos de su médico y la operación salió bien, pero la recuperación no ha sido ni tan rápida ni tan fácil como se lo dijeron, y prácticamente los dos meses y medio que lleva en campaña lo ha tenido que hacer limitada y contenida por los fuertes dolores que la aquejan.
Para colmo, la situación interna en su partido no ha sido la mejor para Brugada. La distancia que existe entre ella y la candidata presidencial Claudia Sheinbaum es real y aunque públicamente han hecho esfuerzos por ocultarla y por mostrar cercanía y confianza entre ambas, la realidad es que en el equipo claudista no sólo tomaron distancia de su estrategia, sino que sí están preocupados por una posible derrota en la Ciudad de México, lo que incluso hizo que la doctora mandara “refuerzos” al equipo brugadista, a donde enviaron a Omar García Harfuch, Marcelo Ebrard, Ernestina Godoy y al propio Ricardo Monreal, a apuntalar la campaña de Clara para evitar el peligro real de que pierda la Jefatura de Gobierno.
La posibilidad de que Morena pierda el gobierno de la CDMX es real y es algo que quieren evitar a toda costa en el equipo de Sheinbaum donde, paradójicamente reconocen que perder la capital sería un golpe letal, pero al mismo tiempo hay colaboradores cercanos de la candidata morenista que no dejan de reconocer que si perdiera Brugada sería todo un revés y una lección para “los puros” de Morena que despreciaron y le hicieron una campaña sucia al candidato original de Claudia para la ciudad, como era García Harfuch.
Del lado de Clara sus estrategas no han logrado hacer una campaña que le asegure el triunfo el próximo 2 de junio. Con Jesús Ramírez Cuevas, el vocero presidencial, manejando temas de comunicación y estrategia de medios, con el jefe de Gobierno, Martí Batres, también influyendo en las decisiones que se toman en el cuartel clarista, el grupo en el que más confía y al que más escucha Brugada es uno al que internamente llaman “Los Sabios”, que son sus asesores de campaña y está formado por varios exmilitantes de la izquierda comunista y maoísta de los años 70, cuyo promedio de edad rebasa los 70 años.
El más conocido del grupo de “Los Sabios” en los que confía Clara es el exsubsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, quien encabeza las reuniones que cada noche realiza esta especie de “consejo de asesores” en una oficina que tienen en el Paseo de la Reforma y en donde repasan diariamente las estrategias de campaña y los ajustes que se tienen que hacer para mantener la frágil ventaja que aún le otorgan algunas encuestas a la candidata de Morena.
Un buen reflejo de lo que está siendo hasta ahora la campaña de Clara Brugada en la CDMX se vio la noche del domingo en el tercer y último debate de los candidatos a la Jefatura de Gobierno. A la candidata no sólo se le veía rígida, por las dificultades y el dolor que tiene de manera permanente por la operación de columna, además fue notorio que, a diferencia de los otros dos debates chilangos, la morenista estuvo más a la defensiva y ya no atacó ni cuestionó tanto al candidato panista Santiago Taboada, que mantuvo su línea agresiva y de ataque en contra de ella.
Al parecer la decisión de su grupo de estrategas ha sido la de ya no arriesgar demasiado y mantener la ventaja que le dan los sondeos a Clara, que difiere según la encuesta entre los 11 y los 4 o 5 puntos, algo que en sentido estricto podría considerarse un empate técnico. Por eso a Brugada se le vio tan contenida en el debate, además de la forma tiesa e incómoda en la que estaba sentada por los dolores postoperatorios.
Y es que en el cuartel brugadista calaron fuerte las palabras del Presidente la semana pasada, cuando desde su mañanera, volvió a repetir que “la ciudad de México se ha derechizado, antes era más progresista, pero ahora se ha cargado a la derecha”. Esa sentencia repetida de López Obrador, que parece anticipar o reconocer la posibilidad de que su partido pierda el gobierno de la ciudad donde nació y creció su movimiento político, aumenta la preocupación y la tensión que enfrenta la campaña morenista.
Veremos si en los 20 días que le quedan a la tortuosa campaña de Clara Brugada, en la que la candidata se ha movido entre el dolor físico y la presión política de una elección reñida para el morenismo, su ventaja le alcanza para la complicada tarea de mantener el gobierno de la CDMX para Morena o si al final ni los duros y puros de Morena que la impusieron con el consentimiento de López Obrador en la candidatura, ni “Los Sabios” en los que tanto confía Clara, sumados a los “refuerzos” que le mandó Sheinbaum alcanzan para evitar que un voto de cas tigo de los capitalinos acabe con el dominio guinda en la ciudad y de paso les arrebate el principal bastión político al obradorismo… Los dados mandan Escalera Doble. Mejora el tiro y la semana.