Américo Zúñiga Martínez realizó una intensa campaña para acreditarse la diputación federal en disputa en el décimo distrito electoral, en contraste, su oponente, Miriam Ferráez, hizo pocas apariciones en la vía pública confiada quizás en el arrastre de MORENA, partido que la postuló; obviamente, el no aparecer con frecuencia en la palestra pública y abstenerse de participar en los debates formó parte de una estrategia bien diseñada, nada para el reclamo. Pero el dinamismo que Américo imprimió a su campaña, aunado al antecedente de su paso por la alcaldía de Xalapa le vaticinaba buenos augurios, sin embargo, el resultado ya oficializado no resultó el esperado. Pero eso no está en litigio porque quien participa en una pugna electoral queda sujeto a múltiples factores, el principal es el favor ciudadano, acompañado con el recurso económico a disposición, y los incontables subterfugios que en todo acontecer político se utilizan. Fuimos testigos de la muy apretada diferencia en el número de votos a favor de Miriam y de Américo, esa circunstancia obligó a abrir urnas en conflicto y el resultado final favoreció a Miriam Ferráez quien recibió la constancia de mayoría.
Américo Zúñiga no parece ni vencido ni derrotado, pese a que el INE haya otorgado la constancia de mayoría a su oponente. El exalcalde xalapeño ha reunido una copiosa documentación con la cual respalda el proceso de impugnación presentada ante el Tribunal Electoral, con ella presenta testimonios de una serie de irregularidades dignas de ser tomadas en cuenta por el referido colegiado. Urnas vacías, otras con exceso de votos, una más sin la documentación correspondiente, irregular conteo de votos, acentuadas discrepancias entre los números de votos a favor registrados en las actas en poder del candidato de la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz y otras de procedencia desconocida debe ser fundamento para el dictamen correspondiente. Sobre cuál vaya a ser el veredicto del Tribunal Electoral lo ignoramos, pero quedamos convencidos de la tozuda actitud de Américo Zúñiga para defender, como lo afirma con acentuada convicción la voluntad de quienes participaron, a favor o en contra, en la justa electoral, esa actitud positiva refresca el ánimo entre quienes buscan la equidad, la certeza y la confianza que deben prevalecer en todo proceso electoral democrático. Américo sigue en pie, porque esto no acaba hasta que se acaba.