Vamos a entrar al segundo cuarto del siglo XXI y muchas cosas están cambiando de forma tal que en pocos años serán irreconocibles.
Vamos a empezar por la idea de la izquierda y derecha en términos políticos. Realmente ya no significan absolutamente nada, la izquierda dice defender causas progresistas que empiezan a ser complicadas de mantener y la derecha retoma algunos conceptos que parecen más propios de la izquierda. Trump va encaminado a una segunda presidencia en los Estados Unidos y la derecha parece retomar posiciones en Europa con un discurso lejos de los conservadurismos y más cerca de los nacionalismos.
Mientras la izquierda latinoamericana se aferra como a un clavo ardiente a la Rusia plutócrata de Putin como referente a un socialismo ya muerto desde hace 40 años, al mismo tiempo que Cuba muere de inanición en una testaruda obsesión de una revolución que ya no significa absolutamente nada más que pobreza, hambre y represión.
Venezuela lista para una elección de estado que lleva a dos rutas. Una a un reconocimiento de una victoria de la oposición y la salida como huida del dictador Nicolás Maduro, y la otra a una guerra civil muy dolorosa en un pueblo terriblemente polarizado.
Argentina con un populista carismático que grita a todo el que se atreve a no pensar como él. Nicaragua con una pareja presidencial demencial que quiere llevar a su pueblo a una locura absurda de adoración de ellos como caudillos que gobiernan sabiamente. El Salvador con un populista que prometió terminar con el crimen en su pequeño país y lo logra metiendo a la mitad de la población en prisiones gigantescas. Bolivia con intentos de golpe de estado que más parecen representaciones de comedias tropicales de burros y gobiernos bananeros.
La guerra de Ucrania se mantiene con sus muertos y bombas constantes en una indefinición de quién es el agresor y quién el agredido para nuestras autoridades. Cuando México, un país que ha sido invadido, tomado y agredido con la pérdida de más de la mitad del territorio por vecinos pasados de lanza.
Los palestinos y los israelíes también siguen su propia dinámica de muerte y destrucción en un medio oriente destrozado y empobrecido por ideologías y fanatismos religiosos absurdos donde la mujer es nada frente a hombres violentos y crueles que las ven como su propiedad.
En nuestro país tenemos una cuarta transformación dispuesta a destruir y tirar a la basura a un Poder Judicial y cualquier organismo autónomo que sea contrapeso al poder. Fue votado por una mayoría dispuesta a todo.
Lo curioso del caso es que todos, sean de izquierda o de derecha, de Rusia o Bolivia, fanáticos de Hamas o demócratas wokes de California, liberales buena onda europeos o cubanos opositores, todos y cada uno de ellos dicen defender lo mismo: Libertad, democracia y patria..
¿Saben por qué? Porque libertad, democracia y patria ya son significados vacíos y los líderes populistas los pueden llenar con lo que quieran.
Viviremos los próximos 25 años en un periodo de significados vacíos y nacionalismos exacerbados a la locura.
Nada que no haya pasado antes.
Jorge Flores Martínez
X: @jorgeflores1mx