Veracruz turístico

La Semana Santa ha traído a Veracruz un gran número de visitantes, turismo de playa principalmente, proveniente del estado de México, Hidalgo, Puebla y la CDMX, no es un turismo de abundante recurso económico, pero siempre será bienvenido a nuestra entidad. Antaño se le conocía como “turismo de torta y horchata”, cuando se hizo famosa en la conurbación Veracruz-Boca del Rio la prevalencia del “hotel Camarena”, porque muchos pernoctaban en la playa para ahorrarse...
lunes, abril 21, 2025
Xalapa
nubes dispersas
17.5 ° C
17.5 °
17.5 °
90 %
1.1kmh
37 %
Lun
22 °
Mar
24 °
Mié
27 °
Jue
27 °
Vie
27 °

Almas pútridas

De acuerdo con el portal web de López Dóriga Digital, «han muerto 45 bebés a causa de tosferina. Ninguno de ellos estaba vacunado. Del total de bebés contagiados con tosferina, 20 eran recién nacidos menores de dos meses, y los demás tenían entre tres y 11 meses de edad». Por muchos años México fue campeón del mundo en materia de vacunación. Fuimos los primeros en erradicar la polio y otras terribles enfermedades que hoy están de regreso, como el sarampión. La destrucción del sistema de salud, hoy está demostrado, fue claramente...

Ceda el paso y sea feliz

No me canso de repetirlo a quien se me deje, y no me canso de repetirlo en este espacio: si quiere vivir mejor en esta ciudad incomprensible, ceda el paso y sea feliz.

     Por eso es que digo:

     Enfangado en el inefable tráfico xalapeño, entre claxonazos y empujones de metal, pude advertir cómo, de vehículo a vehículo, muchos conductores y sus acompañantes se entrecruzaban mentaditas y mentadotas de madre con sus vecinos de desgracia y de carril.

     El paso por las calles citadinas se ha convertido en una oda al derrame biliar, en una endecha al estrés, en un ditirambo al revés que sufren y padecen todos los ciudadanos metidos en esa trampa que se llama calle, en nuestra sufrida y sufriente capital de Veracruz; crea una mala reacción, aunque tiene su parte buena.

     Y digo lo de la mala reacción y lo de la parte buena porque en medio de la ensoñación en la que se cae sin remedio durante los largos minutos de la espera, entre un frenazo y el acelere con el que los más optimistas piensan que avanzan y que se les permitirá llegar en tiempo y forma a donde vayan; en esos largos minutos, decía, tuve el tiempo para que se me ocurriera la idea ¿brillante? de que uno se enoja porque quiere, que todo es cosa de actitud y de tomar las cosas con filosofía.

     Y como es cosa de filosofía, se me ocurrieron seis premisas que aquí pongo a consideración del respetable:

     La primera es recordar que no hay manera de viajar rápido en las rúas xalapeñas. La lentitud es inevitable en una ciudad con el doble o el triple de los vehículos que puede soportar.

     La segunda, que el tránsito tortuoso de nuestra ciudad lo hacemos peor cuando todos queremos pasar primero y antes que nadie. Y a ello hay que aumentarle el gancho al hígado repetido que significa andarse peleando por un quítame esas pajas o porque el otro ya se quiere avilonear nuestro carril o porque alguien se estacionó en doble fila o porque….

     La tercera, que los agentes de vialidad no sirven para nada, más que para elevar los niveles de estrés con sus silbatazos y sus incapacidades.

     La cuarta, que los compañeros taxistas no tienen remedio, igual que sus congéneres de los camiones urbanos, y es perder el tiempo tratar de hacer que comprendan algo.

     La quinta es que podríamos aprovechar el ocio para aprender alguna nueva habilidad que se deje, como oratoria y declamación, algún idioma, o memorizar las tablas de multiplicar al revés y al derecho o el directorio telefónico de la ciudad de México. En verdad que da tiempo para eso.

     La sexta premisa es que si uno deja de pelear por ganar lugares y se resigna a que se va a tardar mucho tiempo en ir de una parte a otra, finalmente va a llegar en el mismo tiempo que si se pelea contra el mundo de los otros conductores, pero eso sí, llegará con la vesícula intacta y en una de ésas hasta con una sonrisa en la boca.

     Por eso le recomiendo una vez más, si me permite:

     Ceda el paso… y sea feliz.

sglevet@gmail.com

otros columnistas

Vargas Llosa, poeta

Vargas Llosa

El Código Infarto

Rascar

Ceda el paso y sea feliz