Al más puro estilo de los mafiosos, el procedimiento de Alejandro Moreno para deshacerse de sus adversarios ha consistido en anularlos y expulsarlos de las filas priistas, aunque los más, aprovechando las circunstancias como pretexto han decidido brincar a otras siglas partidistas, los exgobernadores Eruviel Ávila y Alejandro Murat Hinojosa, entre otros emigrados al Verde Ecologista como antesala para ser favorecidos por MORENA. Ante el acoso, el senador Osorio Chong decidió marginarse, otros destacados priistas (Rosa María Sauri, Beatriz Paredes, Ochoa Reza, Manlio Fabio Beltrones, todos expresidentes del PRI) han decidido dar la batalla legal en apego a la normatividad vigente, la Ley de Partidos Políticos, en cuya medula se precisa que no debe haber reformas estatutarias mientras está en curso un proceso electoral; si en su hermenéutica jurídica el INE y el Tribunal Electoral se apegan a ese contexto entonces el simulacro de elección montado por “Alito” será anulado. No pudiendo evitar que Manlio Fabio Beltrones asuma su escaño senatorial, Moreno ha decretado su expulsión de la bancada priista e inventado una elección “por unanimidad” para “elegir” al senador Añorve como coordinador de esa pírrica bancada legislativa. Justo cuando la oposición requiere de mantenerse unificada, “Alito”, por comisión u omisión introduce la cizaña entre los senadores entrantes, precisamente cuando estarán a discusión del pleno senatorial en septiembre próximo las reformas iniciadas por el presidente López Obrador ¿cómo votará la bancada priista? Ese será el momento de la verdad pues se recorrerá el velo de la conducta de “Alito”.
No es nuevo el rumor acerca de que desde el gobierno contribuyen para acentuar los desacuerdos priistas y de esa manera desequilibrar a los miembros de las bancadas legislativas para acercarlos a los propósitos de reformar la constitución, tal versión se antoja aventurada porque en la Cámara de diputados el bloque integrado por MORENA, el Pt y el Verde Ecologista forman una mayoría apabullante. Sin embargo, mientras el INE no dictamina la distribución de legisladores por el principio de representación proporcional el bocado de legisladores priistas es muy apetecible, y quizás nada difícil de ser desmembrado si “Alito” consigue concretar su reelección. El Partido Revolucionario Institucional es un partido histórico, aparentemente ya está cerrando su circulo existencial, las circunstancias actuales ya no se corresponden con su génesis ideológica la justicia social, porque quienes actualmente lo dirigen obedecen a una brújula de intereses políticos de grupo y personales, nada que ver con la procuración de bienestar para México. El episodio de “Alito” contra todos proseguirá, si Alejandro Moreno consigue quedarse en la presidencia priista el partido seguirá en el tobogán, si se detiene el atraco de “Alito” habrá más capítulos por escribirse, aunque solo será para narrar las tribulaciones existenciales del que fue un gran partido político.