Ya son casi 90 días de las pasadas elecciones presidenciales en nuestro país y los partidos de oposición no salen de su incapacidad de comprender qué pasó el 2 de junio. En lo personal yo tampoco lo tengo del todo claro, algunos hablan de fraude, otros de acarreos formidables y recursos multimillonarios para comprar votos y conciencias. Creo que todo puede ser verdad, pero nada lo explica completamente.
Si me preguntan, creo que además de todo lo anterior debemos sumar que al mexicano promedio no le importa nada. Como votante es poco exigente y como ciudadano es bastante complaciente con sus autoridades, cosa que López Obrador recogió de forma perfecta en tantos años de campaña.
Al mexicano no le importan sus derechos ni sus libertades, pocas o muchas. Tampoco le importa que la educación sea dolorosamente mediocre o la salud cada día peor. Menos le importan los escándalos de corrupción o los absurdos proyectos de miles de millones de pesos que nunca van a ser económicamente viables. No le importa que sea un contrasentido que se vote por los jueces ni que desaparezcan los órganos autónomos como el INE o el INAI, que dicho sea de paso, tampoco le interesa qué hacen y para qué sirven.
No es de su interés que sumen casi 200 mil asesinatos en lo que va del sexenio y que el pago de derecho de piso sea algo tan normal y casi una doble tributación. No le importa al mexicano promedio que los servicios del estado cada día sean más deficientes ni la falta de agua o que su casa se inunde de aguas con caca..
No le importa que un partido quede sobrerrepresentado en el Congreso ni que destruyan todo lo poco o mucho que hemos avanzado en democracia y rendición de cuentas en varias décadas. Al mexicano promedio no le importa que el metro de la CDMX esté reducido prácticamente a chatarra inservible y que sus trayectos al trabajo sean de varias horas.
El mexicano promedio todo lo que quiere es que le regalen 3 mil pesos mensuales.
Lo que más me sorprende y le reconozco a López Obrador haberlo definido con tanta claridad, es lo barato que somos los mexicanos.
Solo eran tres mil pesos.
El pueblo bueno y yo agregaría, y barato.
Esa es nuestra historia nacional, tan parecida a la de Dinamarca.
Jorge Flores Martínez
@jorgeflores1mx