jueves, septiembre 19, 2024

La Traición como política

Si la República dependía de los Yunes del Estero es evidente que desde hace tiempo no
teníamos República alguna.
Lo siento, no hay nada, el mexicano no quiere, no le gusta y no entiende la Democracia. No nos gusta porque estamos mucho más cómodos con regímenes de ogros filantrópicos
donde la simulación y los adjetivos nos definan. Es muy triste, pero es una verdad
incuestionable.


No logramos construir una Democracia de la que estuviéramos orgullosos. Le dimos paso a
impresentables sin escrúpulos de todos los partidos políticos para que nos representaran y
gobernaran. Nunca nos interesó exigirles cuentas a nuestros gobernantes porque nos gusta el juego de simulación donde tampoco nadie nos exija ser buenos ciudadanos.
Tenemos partidos de oposición impresentables, donde muchos en la pasada elección
jugaron a perder todo y ellos ganar sus posiciones mínimas. La traición no es hoy, la
república no se jugaba hoy, la traición tiene meses, sino que años que se hizo, la república
estaba aniquilada desde hace tiempo, solo que nadie nos lo había dicho.


Me entristece porque hay una sociedad dispuesta a defender la Democracia y sus
instituciones, solo que no hay nadie que la agrupe y le dé sentido. La Democracia mexicana murió sin presentar la menor resistencia. Los encargados de defenderla tiene tiempo que la traicionaron.


También es cierto que la historia nacional se ha escrito con más traiciones que con gloria.
Para Dante Alighieri en su obra maestra universal la Divina Comedia, el último círculo del
infierno estaba reservado para los traidores. Ya que traicionar es el más bajo y despreciable acto humano, primero se gana la confianza y el afecto de la víctima y después la destruye con su traición.


Pero no pasa nada, regresamos al partido hegemónico que tanto nos gustaba y a la
democracia simulada donde se sabía quién ganaba y quién perdía desde el inicio.
Regresaremos al México de los 70’s donde tantos tienen los recuerdos más felices de su
existencia y donde a los que son demasiado jóvenes para haberlo vivido, encuentran como
el destino sagrado del bienestar nacional.


Yo en lo personal mejor escribiré de asuntos que realmente me interesan, después de todo, esto votamos, esto tenemos.


Y nunca como ahora, todo pueblo tiene el gobierno que se merece.


Jorge Flores Martínez

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