domingo, diciembre 22, 2024

Otra vez, Sísifo veracruzano

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La sabiduría comprendida en la filosofía griega es proverbial, de ella emana una genial Teogonía develada en su mitología para explicar el acontecer humano, sin sentido, dicen los existencialistas, que por cierto para explicarse con frecuencia acuden a Sísifo, un personaje mitológico condenado por los dioses a empujar indefinidamente colina arriba una roca, que al llegar a la cima rodaba inmediatamente cuesta abajo. El mito de Sísifo pudiera ser un fiel símil de la interminable sucesión de gobiernos en nuestra realidad, pues aquella imagen se asemeja a las expectativas que al interior de las poblaciones suscita el arribo de un nuevo gobierno, al cual acompaña un grueso bagaje de esperanzas porque, según Pandora, esta es la última en desaparecer pese a incontables decepciones. Regularmente, cuando concluye un gobierno lo hace entre fanfarrias desplegadas por sus afines, pero, o la población en general es exageradamente exigente y siempre inconforme por lo que no advierte las mejoras, o simplemente poco de lo ofrecido es posible encontrarlo en la realidad por tratarse de un producto de ficción. No es el mito de Sísifo el único aplicable a la cosa pública, también el de Casandra, la bella troyana que pidió poderes a Apolo a cambio de contraer matrimonio; el Dios le concedió el Don de la adivinación, pero una vez otorgado tal poder Casandra incumplió su parte recibiendo como castigo el don de predecir cuanto iba a suceder pero sin poder evitarlo, y además sus presagios a carecer de crédito, igual sucede a quienes desde el poder engañan y olvidan sus promesas ¿a quién de la fauna política se le recuerdan esas mañas?

Este día Veracruz inicia una nueva etapa, otro ciclo sexenal de gobierno acompañado con nuevas expectativas, que esperamos esta vez se reflejen con hechos. Casi en la alborada de este siglo, desde 2004 hasta 2024, tres partidos (PRI, PAN, MORENA) han gobernado esta entidad, el balance no los favorece, pero MORENA obtuvo otra oportunidad, esta vez con el agregado de experimentar un gobierno presidido por una mujer, la primera gobernadora desde su creación como entidad federativa en 1824, tal circunstancia conlleva una carga adicional de la responsabilidad conferida por la ciudadanía veracruzana en junio pasado. Rocío Nahle encuentra un Veracruz con serios problemas estructurales, enfrentarlos gubernativamente implica un reto de magnificas proporciones, atenderlos con eficiencia y eficacia será un buen inicio y marcará la diferencia. De entrada, la actitud de la nueva titular del ejecutivo estatal avisa que habrá cambios sustantivos en la gobernación, para nada sorprendería la implementación de un golpe de mano o giro de timón como señal de cambio genuino. Esa perspectiva pudiera estar alimentada por la necesidad de esperanzas satisfechas, aunque no siempre se cumplen los deseos, a partir de hoy comenzamos a subir la colina empujando la roca de la esperanza.    

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