Los Políticos
No es nada más hablar náhuatl, sino sentirlo y además transmitirlo… es seguro que la mayoría de los presentes no entendían nada cuando el maestro Tirso Bautista, galardonado con la medalla Adolfo Ruiz Cortines, se plantó en la máxima tribuna del Estado y empezó a hablar en náhuatl al ritmo de un trío de cuerdas… pero por la energía, sentimiento, pasión y enjundia con que lo hizo, no era necesario entenderlo… estoy seguro que hizo sentir a todos, sin excepción, el náhuatl en el alma…
Ahora sí, sepa la bola por qué la Sesión Solemne para este evento no inició en tiempo… acabó con la racha que tenía en estos casos la LXVII Legislatura en cuestión de puntualidad, aunque para ser sinceros, uno estando a la puerta del recinto legislativo, fue testigo que muchos de los invitados, entre alcaldes, diputados, funcionarios estatales, eso de la puntualidad como que no se les da…
Aunque entre las que sí llegaron en tiempo fueron Adriana Linares Capitanachi, quien en un gesto simpático, cuando pasó la “Aduana Legislativa”, alzó las manos en señal de “Regístrenme” y no precisamente para candidata.
La diputada federal Rosa María Hernández Espejo llegó barriéndose a la base, y todavía tuvo el gesto de saludar a un joven que en segundos le platicó santo y seña de su vida matrimonial…
Entre una mezcla de “Mi Villano Favorito” y “Nosferatu”, igual hizo acto de presencia Eleazar Guerrero Pérez ataviado con gabardina negra. Otra diputada federal en tiempo y forma fue Elizabeth Cervantes de la Cruz, igual, de gabardina.
La magistrada Eva Barrientos Zepeda llegó toda un cuero… botas de cuero café a la rodilla, falda de cuero café y una torera de cuero del mismo color… ¡qué frío ni qué ocho cuartos!
Como “turisteando”, el ex de todo, tipo Polo Deschamps y Paul Martínez Marie, llegó el titular de Promoción Turística del Estado, Jorge Flores Lara, aplicando media fideliña: haciendo que revisaba su cel…
Fernando Cervantes Cruz, el de la CAEV, se ve que le dio frío porque hasta con tremenda bufanda llegó…
El diputado Alejandro Porras Marín se puso “trompudo” cuando lo vacilamos a la entrada del recinto pues llevaba un café en la mano y le aplicamos la “se prohíbe entrar con bebidas y alimentos”… ¡Huy! ¡Para qué! ¡Nos vio feo! Pero sí lo dejaron pasar…
El que ya de plano llegó tarde fue el titular de Sedarpa, Rodrigo Calderón Salas, quien venía casi trotando para ingresar al recinto.
Adriana Linares Capitanachi creo que andaba buscando a su asistente y fotógrafa, porque se asomaba y estiraba el pescuezo como buscando pero no encontrando…
Ya casi las 13:30 formaron a la prensa en fila india y entramos… Inició la Sesión y todo el asunto protocolario… todo ese “shalalá” nos lo saltamos para el momento en que pasó el Maestro y Poeta a la máxima tribuna del Estado y tres músicos se acomodaron a una distancia prudente para hacer sonar sus cuerdas, suave, tenue, de tal manera que cuando Tirso Bautista alzó la voz en náhuatl, ésta se volvió canto…
Sí, una voz tersa pero firme, directa, que transmite su conocimiento sobre las vastas culturas de Veracruz… nos habló de su infancia, de sus padres, de la escuela, de sus poemas, de sus luchas y sin decirlo, de su sapiencia…
Maestro en toda la extensión de la palabra… de alumnos, de historial de cultura, del maíz, ¡y hasta del escenario! Cuando tuvo que dirigirse a las diputadas que integran la Comisión de la Medalla Ruiz Cortines, al citarlas, las tenía perfectamente bien ubicadas y enfocaba sus palabras y su mirada a Bertha Ahued, Indira Rosales, Ana Rosa Valdés, Elena Córdova, Angélica Peña, José Reveriano, Dulce María Hernández Tepole… ¡Vamos! Hasta le echó una flor a su compañera de lucha, Xóchitl Molina, directora de Asuntos Indígenas de Veracruz, presente entre el público…
Y todavía Tirso Bautista declamó, cantó, entonó un poema de Nezahualcoyotl, Nonantzin, que al menos en mis oídos, era un himno retumbando en mi corazón, y espero que ese mismo efecto haya repercutido en la mayoría de los presentes, que si bien no entendemos el náhuatl, al menos gracias al Maestro y Poeta Tirso Bautista, pudimos sentirlo.
Nonantzin (Madre mía)
En náhuatl
Nonantzin ihcuac nimiquiz,
motlecuilpan xinechtoca
huan cuac tiaz titlaxcal chihuaz,
ompa nopampa xichoca.
Huan tla acah mitztlah tlaniz:
-Zoapille, ¿tleca tichoca?
xiquilhui xoxouhqui in cuahuitl,
techochcti ica popoca.
En español:
Madre mía, cuando me muera,
entiérrame junto a tu hoguera
y cuando vayas a hacer las tortillas,
ahí llora por mí.
Y si alguien te preguntara:
-Señora, ¿por qué lloras?
Dile que está muy verde la leña
y te hace llorar con tanto humo.