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Xalapa: semblanza electoral

La historia de la evolución político electoral de la entidad veracruzana registra que en 1994 el PAN dio el campanazo electoral ganando la elección en el municipio de Veracruz, todo un hito en el acontecer político de la entidad. Era la joya de la corona que el PAN exhibía como el mejor triunfo electoral en su prospectiva de ganar ese año en cien ciudades medias de la república, ese triunfo electoral inédito convocó al...
viernes, mayo 30, 2025
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Shell s’en va

México era el quinto consumidor mundial de gasolinas. Por eso, en 2017 la gigante transnacional SHELL llegó a México con muchas ambiciones. Empezaron a instalar gasolineras, sin tapujos. Concursaron y ganaron más de la mitad de las concesiones para explorar yacimientos de hidrocarburos. Unos, los empezaron por su cuenta, otros asociados. Pusieron 47 estaciones con su lana, y otorgaron casi 100 franquicias. Pero el gozo se fue, literalmente, del pozo. Han dejado sus concesiones de explotación. La inseguridad. La incertidumbre jurídica, la inestabilidad política, la desaparición de los reguladores autónomos. Sólo...

Jalisco, el narcoestado del Mencho

Serpientes y Escaleras

Junto al horror y la tragedia que se volvió viral en el rancho Izaguirre, al exponer a nivel internacional el drama humanitario que vive México por las desapariciones, hubo otra cosa que también se sabía, se veía y que muchos, desde los gobernantes hasta los empresarios o la misma sociedad, preferían no hablar de ello o si lo hacían era sólo por lo bajito: el estado de Jalisco y todo su territorio, desde el norte hasta la sierra sur y la costa, pasando por Los Altos, las cañadas, la Ciénega de Chapala, la Zona Metropolitana de Guadalajara y la joya turística de Puerto Vallarta, se convirtió en un narcoterritorio, con dueño que tiene control total de lo que pasa en el estado y cuyo nombre, apodo y apellidos conoce todo México: Nemesio Oseguera Cervantes, el «Mencho».

Atrás quedaron los cacicazgos políticos de la era priista y los grupos dispersos de la era panista, que siempre navegaron entre los acuerdos y el dominio de los cárteles sinaloenses que se asentaron en Guadalajara y la convirtieron en una de sus plazas favoritas para vivir y para lavar sus millonarias fortunas ilícitas. La caída de Ignacio «Nacho» Coronel, abatido en 2010 por el Ejército en el exclusivo residencial Colinas de San Javier de Zapopan, marcó el fin del control sinaloense y ese mismo año emergió con fuerza el capo que se adueñó de Jalisco y que, sin ser jalisciense, hasta se apropió del nombre del estado para nombrar a su organización: «Cártel Jalisco Nueva Generación».

Al ver el descontrol y las fracturas que ya empezaban en el Cártel de Sinaloa, Oseguera, que trabajaba para ellos y había formado un grupo llamado «Los Mata Zetas», con el que Coronel había mantenido a raya las intenciones de Los Zetas de apoderarse de Jalisco y de Guadalajara, no lo dudó y abandonó a los sinaloenses para crear su propia organización, algo que supieron bien en las áreas de inteligencia y seguridad del gobierno de Peña Nieto, pero que por omisión o colusión dejaron pasar, permitiéndole al «Mencho» sentar las bases de la que en pocos años sería considerada «la organización más violenta y dominante del narcotráfico en México».

Hábil para la estrategia y conocedor de la importancia de crear sus propias redes políticas, el ascenso de Nemesio Oseguera como capo mayor del narcotráfico estuvo acompañado primero del gobierno panista de Emilio González, pero después apoyaría el regreso del PRI a la gubernatura con el triunfo del asesinado Aristóteles Sandoval, en cuyo gobierno se afianzó el CJNG y al que después asesinaron sus sicarios en un bar en Puerto Vallarta el 18 de diciembre de 2020.

Pero muy pronto el «Mencho» entendió que tenía que forjar sus propias redes en la política local y comenzó a apoyar el ascenso de figuras que, junto al partido emergente que en 2013 era Movimiento Ciudadano, empezaron a desplazar a la clase política tradicional en Jalisco, para dar paso al gobierno de Enrique Alfaro. En los seis años de la primera administración emecista terminaría de concretarse el secuestro total del estado por parte del CJNG y de Nemesio, que convirtió a Jalisco en su feudo, su negocio, su centro de operaciones y su refugio, el lugar donde ha podido moverse entre pueblos y sierras del sur sin ser nunca detenido o molestado por las autoridades federales y con el pleno conocimiento de las autoridades locales.

Mientras Alfaro construía una nueva clase política y gobernaba entre pleitos, polémicas y su mal carácter, el «Mencho» se apropiaba de todos y cada uno de los 125 municipios de Jalisco, dominaba Guadalajara, Zapopan y toda la zona metropolitana, convertía a Puerto Vallarta en paraíso de drogas y lavado de dinero, mientras iba imponiendo a las alcaldías los directores de seguridad y poniendo bajo su servicio a las policías municipales de todo el estado y a las propias policías y fiscalías estatales.

El Gobierno federal lo sabía y lo consentía; el Gobierno estatal tenía pactos inconfesables y la sociedad jalisciense y tapatía, acostumbrada a vivir siempre con la presencia y el dinero de los narcos, disfrutaba la bonanza económica que llenaba de edificios, plazas comerciales, fraccionamientos exclusivos y antros, muchos antros para mover la droga, a las principales ciudades del estado.

Las llamadas «cuatro letras» comenzaron a ser no sólo una marca comercial, con todo y hologramas en sus paquetes de droga, sino el principal referente de poder en el estado. Los ejércitos del «Mencho», formados con adiestramiento militar y con una disciplina y una filosofía que raya en el fanatismo, empezaron a patrullar el estado y a confirmar su poder sometiendo y dominando a cualquiera que se resistiera o pretendiera desconocer el poder del «señor».

Desde Jalisco, ya con su feudo bien afianzado, Nemesio Oseguera mandó a sus ejércitos a controlar Michoacán, Guanajuato y todo el Bajío. Penetró Aguascalientes y parte de Zacatecas, llegó hasta la Ciudad de México y logró también arrebatarles a los tamaulipecos del Golfo el control de varias aduanas y ciudades fronterizas con Estados Unidos. Hoy no hay narco más buscado y menos encontrado o perseguido que Oseguera Cervantes.

Los 15 millones de dólares que ofrece el Gobierno de Estados Unidos por su captura hablan claramente de que el «Mencho» es hoy, ya sin el «Mayo» Zambada que negocia en Estados Unidos, el «Chapo» Guzmán refundido en cadena perpetua, sus rivales sinaloenses peleando una guerra intestina y la próxima ejecución de Caro Quintero por la justicia estadounidense, el principal capo y cabeza del narcotráfico mexicano.

Lamentablemente con su sangrienta leyenda viva y sus pactos políticos que lo mantienen a salvo en la era de la 4T, Nemesio Oseguera no sólo se apropió de Jalisco y lo volvió, de ser un lugar de residencia y operación de narcos a convertirse en un narcoestado, sino que también con toda la impunidad que le dieron los gobernadores priistas y emecistas, con el apoyo y protección del Gobierno federal en los dos últimos sexenios, secuestró y pervirtió a la juventud jalisciense, mientras cambiaba la fama del estado, tierra de folclor, trabajo y cultura, por la de la entidad con mayor número de desaparecidos en México y la sede de los campos de exterminio para el mundo… Los dados mandan otra Serpiente Doble. Seguimos de bajada.

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