Desde el café
La cacareada unidad de Morena en Veracruz, quedó exhibida esta semana cuando la gobernadora Rocío Nahle anunció que el gobierno de su antecesor Cuitláhuac García, tiene un presunto desfalco por más de 200 millones de pesos que la Auditoría Superior de la Federación detectó en la Secretaría de Salud durante el ejercicio fiscal del 2023.
“Ya el contralor hizo la denuncia correspondiente, porque nosotros tenemos que darle seguimiento a esto y si hay daño patrimonial, que es así, pues tenemos que llamar a cuentas a quien fue el secretario de salud porque así lo marca la auditoría”, dijo la mandataria estatal.
Y una vez más se soltó la tolvanera: “Rompe Rocío con su antecesor… Cuitláhuac está con un pie en Pacho Viejo… La gobernadora comienza en la Secretaría de Salud la purga de malos elementos a los que les espera la cárcel junto con el exgobernador”, comentaron los analistas de café.
Pero puro cuento.
Rocío Nahle negó haber roto con su antecesor y explicó que luego de que la ASF emitiera su informe donde encontró anomalías en la cuenta pública de Cuitláhuac García, hay un protocolo que como gobierno estatal se debe seguir. Pero lamentó que el tema fuera sacado de contexto a nivel mediático.
En esto último tiene razón, porque no fue ella sino la ASF la que presentó la denuncia. Ella lo único que hizo fue darla a conocer.
Pero sobre lo primero quién sabe. Quiero pensar que si negó un rompimiento con su antecesor es porque lo que se rompió hasta hacerse añicos ya no se puede volver a romper. Porque la amistad entre ellos tiene rato que está hecha polvo.
La denuncia que presentó la ASF, es parte de un presunto desvío de recursos por más de 1,600 millones de pesos en la Secretaría de Salud, que en su momento dio a conocer el ex diputado y ex dirigente del PRI Marlon Ramírez Marín y que Cuitláhuac nunca desmintió. Pero aún falta por revisarse la cuenta pública del 2024 y ve a saber lector, la de porquerías que encontrará la ASF.
Cuitláhuac, que se pasó su sexenio quejándose del “tiradero” que le dejaron sus antecesores, le dejó un tiradero y un lodazal a su sucesora que sí quiere llevarlo a prisión, pero no puede.
Entrevistada ayer sobre el presunto desfalco, la presidenta Claudia Sheinbaum (a la que no le disgustaría ver entre rejas al ex gobernador, pero tampoco puede), dijo que no tenía conocimiento y prometió informarse, pero agregó: “Tengo la mejor opinión de Cuitláhuac, la mejor opinión. Está trabajando con nosotros en CENAGAS. Está haciendo un gran trabajo y tengo la mejor opinión de él”.
Y más tardó Claudia en terminar su conferencia, que Cuitláhuac en subir a sus redes sus palabras de apoyo y salvación, a las que acompañó con una de las más conocidas frases de Salvador Díaz Mirón: “Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan, mi plumaje es de esos”.
Más que el espaldarazo de la presidenta al sujeto más corrupto, inepto e incapaz que ha tenido Veracruz como gobernador, lo que debió calar en Palacio de Gobierno fue su desplante en las redes.
“Mientras tenga el apoyo de mi presidente Andrés Manuel, siempre me harán los mandados”, pareció decirle a la gobernadora, a la ASF y a millones de veracruzanos, este tipo que se ha revolcado hasta el hartazgo en el pantano de la política, pero al que si algo le sobra es mucha suerte.