Ninguna población puede encontrar tranquilidad, armonía, paz, contento si le falta el cimiento básico para atender sus necesidades de salud, porque si esta se convierte en problema colectivo pronto surgirán brotes de inconformidad social, de allí la prioritaria atención de todo gobierno para proveer de servicios de salud a la población gobernada. “Recibí un sector salud en ruinas” solía decir durante su mandato presidencial López Obrador, para a continuación prometer que su gobierno dejaría a los mexicanos servicios de salud “mejores que en Dinamarca”, pero fue solo vana ilusión o descarada mentira porque durante los seis años de la gestión pública encabezada por AMLO el Sector Salud en todo el país desmereció sustantivamente y su menoscabo afecta ya a millones de mexicanos, destacadamente a quienes carecen de seguridad social. El IMSS al igual que el ISSSTE también reflejan el impacto de los desaciertos en el sistema de compras de medicinas e insumos médicos, fácilmente comprobable por cualquiera de sus derechohabientes.
La semana pasada se reunieron con la presidenta Sheinbaum los 23 gobernadores de entidades incorporadas al IMSS-Bienestar, se supo que el propósito fue dar un diagnóstico de sus respectivos sistemas de salud. En ese conclave se establecieron las metas del IMSS-Bienestar para 2025, entre ellas las de otorgar 50 millones de consultas generales, cifra que refleja un retroceso porque en 2016 el Seguro Popular informó de 68 millones de atenciones en las entidades federativas. Otra de las metas consiste en otorgar 5 millones de consultas de especialidad y un millón de cirugías. En la entidad veracruzana el IMSS-Bienestar está integrado con 60 hospitales y poco más de 800 Centros de Salud. Quien lo comanda este nuevo modelo es el doctor Roberto Ramos Alor, quien fuera secretario de salud en los primeros cuatro años del gobierno de Cuitláhuac García, durante los cuales el Sector Salud ni por asomo mejoró, lo cual genera pesimismo en torno al futuro inmediato de este sector gubernamental, pues se antoja contracorriente pretender alcanzar logros con quien ya demostró deficiencias de gestión. Aún más, este sector en Veracruz opera con grave déficit de atención, pues exceptos los hospitales ubicados en la zona centro de la entidad: Rio Blanco, CEM, CECAN, Hospital Nachón, Regional de Veracruz y Pediátrico de Veracruz, que operan con plantillas de especialistas, en los de la región norte y sur quienes sacan el trabajo son los residentes que derivan carga de trabajo. De allí la sobrecarga de demandas de servicios en los nosocomios de la zona centro, consecuencia de una muy descuidada administración de recursos por parte de los directivos del sector. A propósito, no estaría de más que Ramos Alor se aplique a resolver el porqué, habiéndose remodelado el CECAN para poner en funcionamiento tres nuevos aceleradores lineales, estos aún están empaquetados, habiéndolo presumido previamente al presidente López Obrador, quien visitó al CECAN, y a la presidenta Sheinbaum cuando andaba en campaña proselitista. Dice el rumor de quienes de eso saben que los aparatos no han sido colocados en los sitios especialmente construidos para ese efecto, porque ¡no caben!. Así las cosas