HASTA ahora, se considera que el gobierno federal, no ha tenido una buena estrategia para hacer frente a los estragos generados por la pandemia del Covid-19, los cuales son en materia de salud, así como los llamados daños colaterales que consisten en la crisis económica, falta de empleo, inactividad laboral y otras más que se suman a estas inéditas condiciones que padece la población mundial, pero de manera especial, el pueblo de México.
Ante este panorama, el gobierno federal, el mayor responsable en cuestiones de salud, se ha visto rebasado por la enfermedad, a tal grado que habiendo previsto una segunda ola de contagios, los hospitales de todo el país, están saturados, quedando en algunos Estados, como Veracruz, solamente los espacios que fueron habilitados para poder recibir enfermos, lo que no garantiza, desde luego, una buena atención para los efectos recuperación de quienes han sido contagiados por el mal.
Pero fuera de estas consideraciones que bien conoce el pueblo en general, el gobierno federal, tampoco ha logrado consolidar un programa de apoyo económico destinado a los sectores de la producción, los que generan empleos, los que mantienen, en pocas palabras, la actividad económica del país, por lo que miles de empresas y negocios han tenido que cerrar, en algunos casos de manera temporal, pero en la mayoría, todo parece indicar que será de forma definitiva.
Una propuesta sería, ante la falta de respaldos económicos al sector productivo del país, en tanto no se supera la crisis de salud que mantiene paralizados a todos los sectores de la población, que el gobierno suspendiera el cobro de impuestos por determinados meses para que éstos puedan soportar la falta de recursos para poder trabajar. El Gobierno federal, no tendría muchos problemas, porque hasta ahora solamente se ha dedicado a recaudar, sin que haya inversiones para apoyar a la población, ya que su objetivo está puesto en dos prioridades, es decir, la inversión en proyectos poco viables y en los políticos con miras electorales.
Suspender impuestos, es una solución de emergencia, que no afectaría las finanzas públicas, siempre y cuando se consideren parar, también de manera temporal, las fuertes inversiones en los proyectos Dos Bocas y el Tren Maya, la aplicación de recursos al barril sin fondo que es Pemex, y también, porque no, el mismo aeropuerto de Santa Lucía.
Así, sería más evidente el apoyo gubernamental a los sectores productivos del país.
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ABRIR, ANTES QUE MORIR.
EL SECTOR EMPRESARIAL de todo el territorio nacional, destacando los que prestan servicios de alimentación, es decir, los restauranteros, han estado insistiendo en que es necesario abrir los negocios, cumpliendo con todas las normas de seguridad, para que dichos establecimientos puedan subsistir ante la falta de recursos económicos que se ha presentado por los efectos de la pandemia del coronavirus.
Desde luego, que es imprescindible contar con la actividad empresarial, en cualquiera de sus ramas, porque de otra manera, podría cumplirse lo que ellos mismos han sentenciado, es decir, abrir o morir.
Y es que a la fecha, miles de negocios han tenido que cerrar definitivamente, porque parece que ha faltado un verdadero estudio de la situación y la aplicación de criterios amplios de las autoridades, quienes ejercen sus deberes, pero desde la comodidad de sus escritorios, cuando la realidad se encuentra afuera, es decir, donde se generan los recursos para poder vivir.
Hay hasta ahora una fuerte corriente de opiniones, en analistas económicos que siguen insistiendo que paralizar la economía nacional, fue un error, el cual no se puede seguir cometiendo por el riesgo de caer, definitivamente, en una fuerte depresión económica.
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LAS MEDIDAS GUBERNAMENTALES EN VERACRUZ.
AL GOBERNADOR DEL Estado, Cuitláhuac García Jiménez, le convendría contratar a buenos asesores en materia de salud y economía, a fin de poder tomar decisiones concretas y seguras, respecto de las medidas que deban aplicarse para hacer frente a los problemas del Covid.
Ya es tiempo, se afirma en opiniones generalizadas, de que el mandatario estatal, tome las cosas con seriedad, sobre todo, porque no ha sido debidamente asesorado en estas delicadas áreas que hemos mencionado, debido a que la mayoría de sus funcionarios y cercanos colaboradores, suelen decirle solamente lo que les conviene.
Los asesores que le hacen falta al gobernante, deben ser calificados profesionales que actúen de manera independiente y ser escuchados con prudencia, paciencia e inteligencia, a fin de que se llegue a determinaciones más viables y no precisamente políticas, porque Veracruz, se encuentra en emergencia, como el resto del país, por lo que es prioritario escuchar a los que saben, pero sin compromisos que los obliguen a endulzar el oído del mandatario con cantos y encantos de las sirenas.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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