Línea Política 29 de enero del 2021…Agustín Contreras Stein.
RECIENTEMENTE, el Gobierno federal, dio a conocer el famoso plan nacional de vacunación, un poco antes de que comenzaran a llegar las primeras dosis del antígeno. Entre los lineamientos aprobados por varias instancias federales, entre ellas la propia Secretaría de Salud, se hizo saber a todos los mexicanos, que primero serían inoculados todos los trabajadores del sector salud, que estuvieran en la primera línea de atención a enfermos de Covid-19, con la finalidad de protegerlos y pudieran continuar con su titánica labor en todos los hospitales del país.
Y efectivamente, las primeras vacunas que se tuvieron a disposición de las autoridades de salud, se aplicaron directamente a médicos y enfermeras, más todos aquellos que tenían contacto permanente con las personas contagiadas, apegándose correctamente a lo planeado.
El ejército nacional, fue la institución de más confianza a la cual se le encargó la seguridad y protección de estos medicamentos, tanto en la logística para el reparto adecuado como también en su aplicación, de tal manera que no hubiera desvío alguno o corrupción en el manejo sistemático del antígeno.
Sin embargo, con todas estas precauciones tomadas por el alto mando del gobierno federal, hubo quien, abusando de su posición estratégica dentro del sector salud, aprovechó para vacunarse personalmente y a varios familiares, sin estar, desde luego, dentro del marco normativo de este proceso nacional, tal y como se había implementado desde su inicio.
Más tarde, se supo también, que las brigadas de vacunación, conformadas con elementos del ejército, médicos y enfermeras, se sumaron también los llamados servidores de la nación y algunas personas más pertenecientes al grupo promotor de los programas sociales, las cuales no tienen asignada ninguna actividad relacionada con el programa nacional de vacunación, pues solo actúan en calidad de mirones, pero eso sí, con una finalidad claramente política, con lo cual se distorsiona, se corrompe y se politiza esta noble tarea.
Pero se va más allá, pues ahora por disposición de quien manda a nivel nacional, se ha dispuesto vacunar, de la misma manera, a maestros de una entidad federativa, sin justificación alguna, más que la de ser, personas que estarían al frente de un grupo escolar, cuando las clases están suspendidas en todo el territorio nacional.
Con todo esto, el plan nacional de vacunación, toma otro rumbo, saliéndose, propiamente, de los lineamientos aprobados, aplicándosele un interés político, bajo la perversidad de un gobierno que usa todo el poder que le fue otorgado para satisfacer necesidades electorales, además de la prepotencia en demostrar que son autónomos y que nadie, pero nadie, los puede obligar a respetar los acuerdos en los que todos los ciudadanos han coincidido para apoyar las acciones de salud que el mismo gobierno ha dispuesto.
No se vale, pues, que se siga jugando con el pueblo y más en un asunto sumamente delicado en el que está en juego, tanto la vida, como la muerte.
Desvirtuado, este plan nacional de vacunación, también tiene infinidad de ingredientes conocidos como corrupción.
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DESVIRTUADA, LA FUNCIÓN LEGISLATIVA.
DESDE LUEGO, que nadie, estamos seguros, estaría de acuerdo en negar la participación política a cualquier ciudadano del país, independientemente de que se trata de un derecho, es decir, a votar y ser votados, como parte, también, de la democracia que se aspira a tener con todos sus elementos.
Sin embargo, para realizar las actividades públicas, de manera especial, las legislativas, se requiere de experiencia, de capacidad y de buena voluntad para ejercer un encargo de esta naturaleza, pues dependiendo de estas características, es como se podrá responder eficazmente a la confianza popular.
Por eso, cuando se sabe que los partidos políticos, otorgan candidaturas a personas, cuyo oficio es totalmente diferente a la función legislativa y que durante una campaña política no lo van a aprender, prácticamente están desvirtuando esta actividad y cayendo, desde luego, en una irresponsabilidad pública.
El hecho de ser populares, porque son personas queridas por el pueblo, no significa que tengan que lanzarlas a un ruedo que no conocen, solamente por satisfacer las necesidades electorales de una organización política.
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ALIANZA PRI, PAN, PRD, ¿UNIDAD POLÍTICA?-
AUNQUE YA SE HA conformado, ajustado y aprobado, el acuerdo político para que los partidos más representativos del escenario político nacional y estatal, participen conjuntamente en este primer ensayo político electoral, con miras, más que nada a lo que pueda venir en el dos mil veinticuatro, no parecen convencer del todo a los ciudadanos veracruzanos, en especial, porque siempre hay que tomar en cuenta que en estas decisiones piensan muchas cabezas y todos, de alguna manera, obedecen a sus propios intereses.
Sin embargo, desde que nació la idea de unirse políticamente, ésta fue bien vista, sobre todo, porque mucho se dijo de la conveniencia que tenía esta alianza, para poder derrotar al enemigo número uno de toda la oposición.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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