Antes de empezar, considero pertinente hacer notar que la palabra PRESIDENTA no existe. “Ente” es el participio activo del verbo ser. El presidente se refiere al ser que preside…
Por lo tanto, no es una mala idea que quienes se dedican a escribir, estudien un poco para no decir burradas pues con esos disparates solos se evidencian en su pobreza del lenguaje…
Y esto se trae a cuento, porque la magistrada PRESIDENTE del Poder Judicial del Estado de Veracruz, la licenciada Isabel Romero Cruz, por dignidad debe de renunciar. Desde luego no por carecer de conocimientos gramaticales ortográficos; no es para tanto, aunque sí es importante…
Debe de renunciar, por el hecho, por demás no sólo preocupante, sino vergonzoso, de ¡reconocer! que el Titular del Poder Ejecutivo -el menos importante de los Poderes que distinguen a una República- es quien le dice lo que tiene que hacer, intrínsecamente aceptando que se asume como una empleada del Ejecutivo…
El Artículo 39 de nuestra Constitución establece que los Poderes dimanan del Pueblo. Y desde hace años he enviado escritos a los diputados y senadores para que se respete el citado Artículo…
Pero ya han pasado tres administraciones federales a las que he dirigido mis escritos y nada. Excepto el Gobernador de NL, Jaime Rodríguez Calderón, todos los demás, incluyendo a los Ministros de la SCJN, ni siquiera se han tomado la molestia de contestar el escrito a pesar de que el Artículo 8° de la propia Constitución así lo establece…
El caso es que a pesar de que copias del escrito han sido enviadas a todos los integrantes de la SCJN; que se supone es la encargada de velar porque la Constitución sea cumplida…
A todos los gobernadores y a sus respectivos Congresos Estatales. Sin omitir a la CNDH y a los Colegios y Barras de Abogados que hay por todo el territorio. Me abstengo de llamar República a nuestro México, porque no lo es. Y en realidad nunca lo ha sido…
A los aspirantes al cargo deberían de hacerles un examen para saber que conocimientos tienen de Marco Tulio Cicerón (106 – 43) o de Charles Louis de Secondat, señor de la Brede y Barón de Montesquieu (1689 – 1755) que seguramente reprobarían…
Los Ministros de la SCJN, así como los Magistrados en los Estados, deberán ser electos por el Pueblo. Ya que de esa manera, al no ser designados, no tendrían otro compromiso que no fuera con quienes los eligieron…
Estableciendo así un verdadero Estado de Derecho; sin el que ninguna sociedad puede desarrollarse adecuadamente. Y por último, de ninguna manera se puede seguir dejando el Ejecutivo en las manos de una sola persona…
Sobradas experiencias hay por todo el mundo; y no se diga en nuestro México -lo de “nuestro” ya saben mis tres amables lectores que es un eufemismo- para aseverar lo arriba descrito…
Por supuesto que los presidentes de los Partidos Políticos, que luego-luego se han apuntado cuando he comentado sobre el asunto; pero ciertamente que serían los menos indicados para formar parte del Ejecutivo…
Que si muy me apuro, debiera estar en manos de un Consejo de Ancianos -sanos, eso sí- a quienes una Casa Blanca o una egresada del Canal de las Doncellas no los va a seducir…
De no ser así, de seguir pensando en que el voto popular va a cambiar las cosas, y que la democracia es el camino adecuado para todas las naciones, nada va a cambiar y la corrupción que es un mal más endémico que los virus, seguirá imperando siempre;
Pues pensar que la corrupción se va a acabar por decreto o por el ejemplo -y luego con los “Pío-ejemplos” que nos ponen- es una real mentira; aunque el Presidente diga lo contrario…
El pensar que las medidas que han tomado para evitarla, van a funcionar; o peor, que están funcionado, es tanto como creer que Santa Claus, montado en su carruaje tirado por renos, es quien trae los juguetes…
En síntesis, si me preguntan en qué ha cambiado México en los últimos años, en nada; por no decir que cada vez estamos peor. Según lo dicen las estadísticas.
Para terminar…
A un año de haberse iniciado la pandemia en Wuhan, sus habitantes han vuelto a la normalidad en todos sentidos, o sea, a cómo estaban antes; mientras en otras partes del mundo los ciudadanos permanecen confinados en sus hogares.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida