Según las estadísticas de la mortalidad provocada por el Covid-19, el 73 por ciento de los fallecidos fueron personas con estudios de primaria o secundaria, lo cual sugiere bajo nivel económico, aunque no necesariamente generalizado. Pero es de presumir porque la necesidad de trabajar obliga a salir arriesgando el pellejo. En todo México el anuncio de la vacuna es esperanzador, aunque hasta ahora la lentitud de su avance no es alentador, 40 mil vacunados en un periodo de 15 días reflejan inquietante lentitud. Sin embargo, el presidente López Obrador asegura que para el 31 de marzo todos los adultos mayores (16 millones) estarán vacunados, lo cual supone que para ese entonces los médicos, enfermeras, enfermeros, camilleros etc., de la primera trinchera también estarían protegidos. Pero cuando dice el presidente: “ya tenemos todas las vacunas, 120,000, para que nadie se quede sin vacunar”? se nos va el alma al cielo. Y surge la interrogante ¿realmente habrá correspondencia entre el discurso y los hechos? Por el bien de México ojalá así sea.