Astrolabio Político
Por Luis Ramírez Baqueiro
“La conducta es un espejo en que cada uno muestra su imagen.” — Johann Wolfang von Goethe.
¿Ahora de quién será la culpa, cuando México ronda ya los 140 mil fallecidos por COVID-19?
Seguramente el presidente López y su asesor de lujo el subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, quienes afirmaran que, pese a sus esfuerzos, la responsabilidad es totalmente de la sociedad que nunca acató las atinadas recomendaciones que han emitido.
Claro, como estás han sido siempre tan claras, tan puntuales, tan precisas.
Los contagiados y los muertos crecen como la espuma, sin que nada ni nadie detenga la propagación del virus asesino.
Aun cuando el Gobierno Federal ha intentado desviar la atención con el tema de la aplicación de la vacuna, la responsabilidad total de la crisis es y seguirá siendo de la administración deformadora de la 4T.
Fueron ellos quienes confundieron y siguen mal informando a la sociedad con un doble discurso, son ellos, quienes actuaron tarde hasta en la misma compra de los ventiladores y demás insumos necesarios para atender la pandemia.
Las matemáticas son claras, son precisas, mientras el 30 de diciembre de 2020 se reportaban en México 124 mil 897 fallecidos por Coronavirus, tan solo 19 días después el país reportó ya 140 mil 704 defunciones.
Lo que habla del incremento exponencial, consecuencia de los contagios producto de las fiestas decembrinas, esas que relajaron a la gente al menos en Veracruz, como consecuencia de haber declarado en semáforo verde a la entidad.
Provocando con ello, un mensaje equívoco de lo que realmente ocurría, invitando a la misma población a salir en manada a las calles, harta del confinamiento y las medidas restrictivas autoimpuestas.
Ahora en medio de un proceso electoral los mexicanos inician un año 2021 verdaderamente espeluznante y de terror, pues aun cuando el gobierno continúa infundiendo un mensaje pseudo esperanzador por la llegada de la vacuna, la realidad no dicha por el Gobierno, es que el medicamento, es un gigantesco programa de experimentación pues la vacuna a infundir se encuentra en su etapa o fase 3 de experimentación –el proceso mínimo requiere de cuatro fases-, por más autorizaciones sanitarias otorgadas.
Por ello, hay muchas de las reacciones alérgicas provocadas que han puesto al borde de la muerte a varios de los inoculados.
Ahora bien, ¿hasta cuándo seguiremos los mexicanos permitiendo, que un gobierno evidentemente ineficaz, incapaz, inexperto, anodino, siga provocando tantas muertes?
Seguramente los babeantes seguidores del mesías afirmarán que los muertos se cuentan por miles en otros países y que hasta la culpa de todo la tienen los gobiernos anteriores, pues replican sin sentido las demagógicas respuestas del señor López.
La actitud asumida por esta administración federal bien puede catalogarse de punible, inclusive de delitos de lesa humanidad, pues la manera como se ha mal informado a la sociedad ha sido criminal.
Ojalá la sociedad mantenga presente en su conciencia el costo tan alto de haber confiado en un proyecto basado en el odio y el rencor, que lo único que ha provocado es la división de hermanos, en los sueños delirantes de un esquizofrénico gobernante.
Y, sino que nos expliquen cuál sería la respuesta para los 140 mil 704 familias que han perdido a un ser querido por esta maldita enfermedad.
Al tiempo.
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