Comprobando una vez más que el Coronabichus Apanicatum tiene arreglos bajo la mesa con los fifís, la casi milagrosa recuperación del señor Presidente López Obrador -lo que es de festejarse abiertamente- lo hace a todas luces evidente. No puede seguirse ocultando…
Es más, podría decirse que el virus es el que ha sido contagiado por el espíritu juarista de Justicia y gracia para los amigos y a los enemigos, contagio a secas. Y que bueno que así sea…
Ya que de lo contrario, es decir, de no haberse repuesto del contagio, el gobierno que ha estado en manos de un solo hombre recaería, aunque fuera de manera transitoria, en doña Olga; quien francamente ya no está para esos trotes…
Y no es que se fuera a poner peor el asunto -que se va a poner- porque finalmente México, al igual que todas las naciones del mundo, están a expensas de lo que digan los Planetas. Que si dictaron el fin de una Era, así es y así será…
El problema es que no se sabe en qué va acabar esta locura que cada vez se complica más. Por cierto, y toda vez que se toca el tema de los Presidentes transitorios, Juan Guaidó dejó de ser el Presidente encargado de Venezuela -y de manejar muchos miles de millones del Estado-…
Pero como ya tampoco es diputado; y para peor desgracia, Biden no quiere saber nada de él, sus días de gloria parecen haber llegado a su fin. Y no es de dudarse que ahora le lleguen los días de desgracia, acompañando a unas cuantas demandas por haber dispuesto de bienes de la nación y lo que le sigue; porque el destino de los dineros no es nada claro…
Pero estábamos en la recuperación del Presidente López Obrador de la que todos, queriendo llevar agua a sus molinos, se dicen artífices de la casi completa recuperación del Mandatario…
No faltará quien diga que secretamente le aplicaron dióxido de cloro y por eso la respuesta tan positiva. Cuando lo realmente cierto, es que los medicamentos no son los que curan. Coadyuvan a la curación, pero es La Naturaleza interna la que restablece la salud. Y eso depende del sistema inmunológico…
Si el sistema inmunológico está comprometido con otras enfermedades; y encima de eso se ingiere comida después de que se pone el Sol -impidiendo de esa manera la debida eliminación de toxinas- el sistema no trabaja todo el turno completo -las personas que viven de noche se acaban más rápido- y el organismo se convierte en pasto de cualquier infección…
Lo cierto de todo esto, es que independientemente del cuadro médico que lo atendió y de los recursos de que echaron mano; aclarando que los “antivirales “ y nada son dos nadas…
Lo que verdaderamente sacó adelante al Presidente, a tal grado que, convaleciente y toda la cosa, en su Mensaje a La Nación se aventó sus buenas poses de pintura de museo -que si en lugar del abrigo le hubieran puesto una capa de armiño, habrían sido históricas- fue su propio sistema inmunológico el que lo sacó adelante…
Y eso es lo que cae mal. Pues ahora se rumora que fue el Santo Niño de Atocha, quien desde Fresnillo, Zacatecas se aventó el milagro. Porque dicen que ya andaba boqueando cuando llegó la señora Gutiérrez de López con una imagen que vaya Usted a saber de dónde la sacaron, amables lectores, pero había una veladora que le pusieron al milagroso infante…
Que viene siendo el mismo Jesús, pero de niño y en México, no allá en Medio Oriente. Lo que de alguna manera debería sancionarse, pues está prohibido el trabajo de menores; y aunque no se ve que él se esfuerce mucho, si que es muy productivo…
Pues dicen que gracias a él, como por arte de magia que el Presidente se levanta, que se pone guapo y todos vimos la transformación. En el Andrés Manuel que inició la transmisión, al Andrés Manuel que terminó el video, se nota claramente el milagro, argumentan…
Y eso es lo que cae gordo, todo se lo quieren contabilizar a los santos. Hay quienes dicen que la entrada de Solalinde a Palacio, que se supone que llevaba consigo los santos óleos y por eso decían que ya andaba dando las últimas -otros dicen que el cura andaba zopiloteando- pero fue lo que detonó la curación…
Se dice de todo. Pero al final, lo bueno es que el Presidente ya está en vías de regresar con sus mañaneras; porque hay que reconocer que nos hacen mucha falta. Si termina a este ritmo su sexenio, tiene asegurado un programa que lo patrocine Muebles Troncoso.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
Julio Ricardo Blanchet Cruz