Entre lo utópico y lo verdadero
Por Claudia Guerrero Martínez
Veracruz no se merece un Gobernador tan incompetente. Un manipulable, que hasta sus propios guardaespaldas le gritan y lo regañan, cuando Cuitláhuac García Jiménez se les pasan las copas, al estar enfiestado, como ocurrió en un evento íntimo realizado en la calle de Insurgentes, en Xalapa. Su Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos asume las veces de gobernador e invade competencias en las Secretarías de Turismo, Comunicación Social, Seguridad Pública y hasta el área de parques y jardines, chapeando como aprendió como Ingeniero Agrónomo en Baja California Sur y mostrar su mejor actividad de pillo y corrupto, a su paso como Tesorero del municipio de Mulegé, cuando el propio Cabildo pidió su renuncia al cargo por desvío de recursos y actos de corrupción.
Este Gobierno Estatal está perdido, invadido como la humedad por desvíos de recursos, primero en el otorgamiento de contratos designados de forma directa, por más del 90 por ciento y la Auditoría Superior de la Federación ya detectó anomalías administrativas en el Congreso de Veracruz y en el Poder Judicial, al igual que el ORFIS, órganos auditores, están literalmente conteniendo el grave resultado de la Cuenta Pública 2019, con enormes cráteres administrativos, siendo que el propio ORFIS le puede caer una responsabilidad por ayudar a ocultar actos de corrupción, fraude, abuso de autoridad, conflicto de intereses, desvíos de recursos y hasta crimen organizado.
Y los “honestos” se contagiaron del mismo “Síndrome del Poder”, que atacó a la administración de Javier Duarte de Ochoa, a quien el poder lo enfermó a tal grado, que hoy es el primer gobernador de Veracruz encarcelado por desvíos de recursos y malversación de fondos.
El Síndrome al que nos referimos se llama Hibris, es un trastorno emocional que afecta a los funcionarios en el poder y ser una alteración, convirtiendo la confianza y seguridad, en arrogancia y prepotencia, mostrando una autoconfianza exagerada cuando ostentan el poder. Casos de pobres diablos y pandilleros de barrio, como eran el propio Cuitláhuac García, quien fue apoyado económicamente por largo tiempo, por el que fue su suplente en la diputación federal, Sergio René Cancino Barffuson y al enfermar éste último, el hoy Gobernador lo abandonó a su suerte; a Eleazar Guerrero Pérez, considerado el “gato” de Fidel Herrera Beltrán; a Eric Cisneros Burgos, quien sale como ladrón en Mulegé, después como operador y guarura de Leonel Cota Montaño; Juan Javier Gómez Cazarín, de defraudador en la venta de autos, pandillero y ladrón; Esteban Ramírez Zepeta, de confidente y compañero de departamento de Cuitláhuac García, cuando éste último era diputado federal; Dorheny García Cayetano, una perdedora, quien se aprovecha de la amistad de Cuitláhuac para llegar como gris diputada federal, incrustar a su cuñado en SIOP y la hermana como Magistrada y su síndrome del poder, la motiva a aspirar a un cargo en la Alcaldía de Xalapa.
Y como estos impresentables, quienes piensan que el poder dura por siempre, como igualmente opinaban Javier Duarte de Ochoa y Karime Macías Tubilla. Y el “honesto” e impoluto de Cuitláhuac García, antes viajaba en ADO y caminaba por las calles del centro de Xalapa, ahora, se mueve en un convoy de varias camionetas, llenas de guardaespaldas y ya no vive con sus papás, que por 50 años lo hizo, ahora, tiene su residencia en Casa Veracruz, lugar donde hace unos años acudió a visitar a Javier Duarte y ahí se pactó todo el apoyo a su candidatura del 2015 a la diputación federal y la del 2016 a la gubernatura, la cual perdió, como lo narró puntualmente el hoy diputado federal Héctor Yunes Landa, quien aseguró que Cuitláhuac había entrado “liviano” a Casa Veracruz para entrevistarse con Duarte de Ochoa y al salir, ya estaba bien cargado.
En esta administración, un medio de comunicación ha salido beneficiado en tiempos de Javier Duarte, como lo es Imagen del Golfo y otros, propiedad de los Robles Barajas, familia de mafiosos quienes siguen pegados a la ubre electoral y administrativa. Nuevos millonarios, como Rubén Darío Carrasco Mora, quien hace tres años vendía celulares y de quien publicaremos una próxima entrega, así como la familia de Cuitláhuac García, como son sus hermanos, comandados por Tonatiuh García, quien de ser un músico estándar, ahora es empresario periodístico, conductor y pretende imponerse como docente e investigador en el Colegio de Veracruz, al igual que su padre, Atanasio García Duran.
Y los honestos, los del cambio, los de la 4ª Transformación, leyenda tapizada en todo el estado y violentando las normas y leyes electorales, por actos anticipados de campaña, todo esto no les importa, sólo hacer buenos negocios, desechar a quienes estorben, usar a políticos para sus planes, negocios y muchos de esos morenistas, quienes apoyaron el triunfo de Cuitláhuac García, hoy esperan pacientes para cobrar los traiciones, ofensas, renuncias injustificadas y lo peor, la falta de palabra de este Gobernador de Veracruz, quien se ha convertido en un lastre, en un chiste nacional y sobre todo, en un dolor de cabeza de un arrepentido López Obrador, quien es igual o peor, al engañar al electorado por 18 años.
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