En la mañanera de ayer, la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte, dio otro ejejmplo de cómo la pasión política es capaz de obnubilar al pensamiento científico: Alonso Ancira ex presidente de Altos Hornos de México (AHMSA), es traído desde España a México para ser juzgado por presuntos actos de fraude y corrupción, sobre esto la Secretaria adelanta “que devuelvan lo que no les corresponde”, es decir, da por sentada su culpabilidad antes que el juez así lo dictamine. Sin embargo, en la misma mañanera, declara sobre las acusaciones formuladas contra el senador morenista Félix Salgado, acusado de violación, pero en este caso señala: “hay presunción de inocencia, garantía de audiencia y debido proceso”. Son dos formas de medir con la misma vara, y nada tendría de raro cuando se enfoca políticamente, pero si preocupa cuando desde el poder se maneja el derecho con parcialidad e injusticia. ¿Se habrá dado cuenta doña Olga de ese terrible lapso?