Conforme se desarrollan los acontecimientos se despeja y dejan en claro las causas que originaron la renuncia de Alfonso Romo a la Oficina de la Presidencia y los serios problemas que debe avizorar Tatiana Clouthier para promover el desarrollo económico de este país. Porque, mientras Romo sobaba el lomo a los empresarios para alivianar los golpes propinados a sus propuestas de inversión, el presidente les daba palos acusándolos de corruptos. Mientras Romo convocaba a los inversionistas a invertir y se formulaban planes para implementarlos con el aval gobiernista, desde el atril mañanero se adoptaban medidas desalentadoras y perjudiciales al capital. Pero ya no hay caretas, ayer el presidente insistió desde La Paz: “nos veían como tierra de conquista. Todo eso ya se terminó. A robar a otro lado, aquí ya no se permite la corrupción”. Como los cangrejos, el gobierno va en pos de su paradigma decimonónico: la década de los 70 y el monopolio energético.