A los que nos gusta la política y la grilla, el tema de las elecciones es como el Mundial de Futbol para los pamboleros, o la Serie Mundial para López Obrador, o el Super Tazón, ahora de moda, para Fernando Yunes Márquez…
Si ya con las precandidaturas de estufa hay tema fresco y caliente todos los días, imaginen cuando arranquen las campañas en el Todos contra Todos en aras de ganar una curul en San Lázaro, en el Palacio de Encanto, o la Silla Presidencial de su municipio favorito… sí, es seguro que sean días de fiesta, celebración, quizás frustración cuando su candidato o candidata favorita tropiece o le saquen los trapitos al sol… y cuando llegue el día de la elección: del regocijo a la frustración o viceversa. De un modo u otro, después de ese 6 de junio, tirios como troyanos han de despertar con la cruda política que no les permita ver el siguiente paso que hay que enfrentar: la realidad del 2022.
¡Ah, chingao! ¿Me adelanté un chorro?
La verdad es que no había pensado lo que les espera a quienes ganen en esta próxima contienda municipal porque el panorama que tenemos en estos momentos, en el inicio del segundo mes del 2021, no es nada alentador.
Quizás esto es lo que reciban muchos presidentes municipales: una crisis en salud, por como van las cosas; crisis en seguridad, por como van las cosas; y por ende, crisis en economía, sí, por como van las cosas.
El panorama no lo percibo yo, sino Sergio Hernández Hernández, quien al arranque de la campaña interna en búsqueda de la candidatura panista por la presidencia municipal, no sólo despliega esta prospectiva con miras al 2022 (que no es exclusiva de Xalapa) sino también exhibió una capital del Estado con falta de visión de Gobierno en manos de Morena, en toda la extensión de la palabra… recuerden, por ese partido, tenemos dos legisladoras locales, dos legisladores federales, además de dos senadores atenienses así como un Gobernador xalapeño… ¡vamos! creo que el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero es el único que no es xalapeño… (a Ahued se le dispensa… a él, no).
Hay dos puntos a destacar en el discurso que da Sergio Hernández que no tienen desperdicio aparte del citado en el párrafo anterior.
El primero) La pandemia en Xalapa ha tenido una repercusión muy grave en diversos sectores, pero a nivel familiar, se podría considerar el más agudo si se ve desde dos ángulos:
a) Cuántos padres o madres de familia perdieron su empleo o vieron reducidos sus ingresos… peor aún…
b) Cuántos miembros de la familia se vieron afectados en su salud por la pandemia lo que de un modo u otro, vino también a repercutir en su economía.
La falta de una respuesta precisa por parte de las autoridades (desde cualquier nivel en el poder) para con los xalapeños en esta crisis de salud y económica, incrementó esa sensación de que se tiene un gobierno municipal fallido, insensible, apático, desinteresado en su sociedad.
(El resto de los vecinos de otros municipios han de tener el termómetro de su ayuntamiento mejor que nadie)
El segundo) Un dato que expone Sergio Hernández en esa prospectiva al 2022, que bien otros aspirantes locales como de otros municipios no deben echar en saco roto, es la integración de un Gabinete de Crisis. Sí, no es nada nuevo, pero también es cierto que nadie que yo sepa, y menos este gobierno municipal, lo ha implementado.
Aquí viene lo que le falta a Hipólito y lo que proyecta Sergio: Una visión de Gobierno. Hernández Hernández sabe que en el 2022, el nuevo presidente municipal ha de enfrentar una Crisis de salud, económica y de seguridad, por lo que lo inmediato a realizar será la conformación de este Gabinete de Crisis que haga lo que ha dejado de hacer o nunca hizo el Ayuntamiento actual…
Si bien no dejan de ser buenas las observaciones de Sergio Hernández con respecto al 2022, no puedo evitar esa sensación de que me acaba de “agüitar” un poco mi algarabía por las Elecciones que todo al que le gusta la política y grilla, disfruta tanto como un Mundial de Futbol, una Serie Mundial de Béisbol o el Supertazón… ojalá no, ojalá las cosas mejoren, por Xalapa, por los veracruzanos, por todos, y que lo mejor que tengamos en el 2022 sea saber que la capital de la entidad sigue de pie… a pesar de Hipólito.