En un contexto social de baja participación ciudadana en la cosa pública es muy común escuchar la queja sobre la perenne permanencia de políticos en cargos públicos, “ya estamos cansados de “más de los mismos”, se acostumbra decir. Pero, la queja limita su manifestación en mesas de café o en pláticas de sobremesa porque ya en los hechos no tiene impacto alguno. Basta con revisar las candidaturas ofrecidas por los partidos políticos a la ciudadanía para comprobar la permanencia prolongada de actores políticos en las nóminas públicas, lo mismo el PRI, el PAN, el PRD, MC, PT o MORENA presentan “las mismas caras”. Pero, “el mal” no reside en los políticos sino paradójicamente en la aquiescencia ciudadana a su permanencia, porque el político “nuevo de hoy”, el candidato “ciudadano” de hoy será el mismo que mañana quiera o reelegirse o escalar a otro puesto, así hasta que lo dejen. Lamentablemente esa carrera no tiene inspiración darwinista. porque nada tiene que ver con la permanencia de los mejores.