Creo que a cualquier ciudadano con tres dedos de frente pudiera molestarle que la esposa del presidente municipal de su ciudad, se lance como candidata para ocupar el cargo que en este momento ostenta su marido… o no… todo depende…
La lucha por un cargo de elección popular igual alcanza a quien está en el poder en aras de mantenerlo, sea por la vía de la esposa, el esposo, hermano, hermana, o hasta la madre o el hijo y en una de ésas, hasta el primo.
Botón de muestra: En Tuxpan, el primo del presidente municipal, Pepe Mancha, busca ser el candidato a la alcaldía. En Veracruz, el hermano del alcalde, Miguel Ángel Yunes Márquez, suena como el candidato por el Puerto… en Cosoleacaque, el hermano del edil, en las mismas circunstancias que los anteriores… en Santiago Tuxtla, la esposa de Argenis Vázquez Copete, actual diputada local, va por la candidatura a la presidencia municipal… y ejemplos como éstos, igual se pueden citar.
Aunque tampoco se puede descartar que los familiares de un alcalde tengan su corazoncito y realmente quieran ser Presidente Municipal, Diputado o hasta Gobernador.
Todo esto incomoda a Cuitláhuac García, quien en un dejo de candidez, sueña con una Ley que prohíba a los familiares de los presidentes municipales, postularse para el mismo cargo.
El “dejo de candidez”, sin que haya la intención de una especie de prefijo más que el que usted imagine, obedece a que a Don García se le olvida uno de los preceptos que tanto nuestra Constitución como nuestra Democracia defienden a capa y espada: El ciudadano tiene derecho a votar y ser votado.
Don García invoca una iniciativa que evite “heredar cargos públicos” que algún despistado de Morena debió haber sugerido… esperen… ¡ya! El otro cándido fue Henri Christophe Gómez, diputado local, quien propuso acabar con la “herencia de cargos públicos” bajo el siguiente argumento que se atrevió a pronunciar en tribuna, en enero del año pasado, y acá lo transcribo:
“Entendemos como acepción moderna del término ‘Nepotismo’ a aquella predilección o favorecimiento que algunos ejecutivos en el cargo, llámese Gobernador o Presidente Municipal, que ocupan cargos de elección popular, poseen el poder para heredarlo a su familia, a la hora de realizar las designaciones de candidatos a ocupar la futura gubernatura o presidencia municipal, dan preferencia a los familiares”. (Sic)
Aunque se ría, esto lo dijo en serio…
Pues este martes, Don García Jiménez volvió a tratar el tema: Quiere una Ley que prohíba “la sucesión” en los cargos públicos…
Es claro que un alcalde puede influir mucho en la designación de un candidato; en primer lugar, porque tiene el termómetro de su municipio; por supuesto, esto, si realmente está trabajando… también es claro que algunos funcionarios, no necesariamente familiares del presidente municipal, pueden “trabajar la parcela” en pos de buscar la candidatura, como el caso de Medellín de Bravo… pero la designación no se trata de un asunto de “querencias personales”; también debe de intervenir el partido que ha de postularlo…
Supongamos que el pariente del alcalde es el candidato… es la propuesta electoral… es la oferta que ofrece un partido… ¡pero hasta ahí! Y aquí es donde el argumento de don García se cae:
Acá se gana con votos, no con apellidos… y no hay mejor ejemplo que Veracruz, donde no basta ser hijo del Gobernador, porque si el Pueblo no quiere, es capaz de poner a cualquier pendejo en el cargo… así es la democracia, don García y debería de respetarla.