Se puede ser lo más feminista posible y reconocer que ese movimiento no lo detiene ya ningún poder humano porque la tendencia marca hacia un dominio de la política mayoritariamente femenino en un futuro ya no muy distante. Es más, sería antipolítico y hasta anacrónico no sumarse a esa corriente social y política. No obstante, sería erróneo reconocer como válidos de “violencia de género” cuando existe oposición para que una mujer ocupe un determinado puesto o cargo de elección popular, porque las posiciones se ganan o se pierden independientemente del género, lo contrario sería dádiva graciosa y eso en política ni hombre ni mujer lo conceden. ¿O solo por ser mujer merecen el privilegio de una candidatura o puesto administrativo sin la convocatoria social suficiente o el perfil adecuado? Cuenta la senadora Josefina Vázquez Mota que el presidente Calderón le ofreció acompañarla en el segundo debate presidencial en la campaña 2012, pero que un día antes del debate le comunicó “que apoyaría a otro candidato”, “me parece que eso es algo que se llama violencia de género”, ¿será?