Hasta ahora, Félix Salgado y quien lo auspicia y propulsa llevan la delantera en el escore de la pugna entre el feminismo y el “Pacto” machista. En la acida discordia entre la presunción de inocencia y acusaciones sostenidas, entre el ser y parecer honesto y la apología al compromiso y la complicidad política, ha salido ganando la tozudez política y Salgado Macedonio será el candidato de Morena al gobierno de Guerrero. Si ese acontecimiento guarda alguna familiaridad con la democracia, entonces la nuestra sigue en pañales en tiempos cuando presumimos haber superado la democracia representativa para abordar la democracia participativa, la del referéndum y revocación del mandato, la de una ciudadanía consciente de sus derechos y deberes. Sin embargo, este episodio es solo parte de un capítulo del poderoso movimiento feminista.