Pareciera que el juez Juan Pablo Gómez Fierro quisiera demostrar con hechos que “la Ley es dura, pero es la Ley” y, pese al enojo presidencial, reiteró su apego a la norma jurídica otorgando tres nuevas suspensiones a empresas privadas contra la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica. El abogado Gómez Fierro debe tener convicción plena de su condición de juzgador y no ha torcido su interpretación de la ley sobre ese asunto, no obstante que pende sobre su cabeza una “orden” presidencial para ser investigado por su osada hermenéutica. Este asunto da materia para un episodio cuya trama es de pronóstico reservado y sin duda marcará las relaciones entre dos de los poderes de la nación. Ya no está solo Gómez Fierro, también el juez Rodrigo López concedió amparo en similar dirección a la suya poniendo así en grave aprieto la vigencia del nuevo texto de la Ley de Energía Eléctrica que sin moverle una sola como fue aprobada por el Poder Legislativo.