Miles de mujeres salieron a protestar en México este 8 de marzo, aunque podría pensarse que ya desde antes le habían ganado la batalla al gobierno.
Con una estrategia que resultó catastrófica, el Presidente ordenó circundar su casa, el Palacio Nacional, con una valla de acero que no protegió el inmueble y al contrario, se convirtió en un memorial a las féminas victimadas, que tuvo resonancia en todo el mundo.
Hasta si se hubiera suspendido la marcha, el trabajo ya estaba hecho. Las activistas lograron evidenciar que la violencia contra las mujeres no se ha reducido, sino que ha sido en aumento; y que en la agenda federal no existe ese tema como prioridad nacional.
El jefe de la nación está muy seguro de la estrategia que le ha venido funcionando para tener capturada la simpatía de amplios sectores. Al parecer, piensa que le resultará fácil sobreponerse a las quejas del segmento que es mayoritario en el país, el de las mujeres, cuyas quejas han sido recurrentes en estos dos años, pero que se avivaron con el apoyo que él le ha dado a su amigo Félix Salgado Macedonio, etiquetado como violador, para ser candidato a la gubernatura de Guerrero.
A ver qué tal los votos en junio.