Precisamente el día de ayer, pero de 1915, dio inicio lo que 8 años más tarde, en 1923, terminó con las vidas de casi dos millones de armenios, que murieron de la manera más terriblemente cruel que se pueda imaginar…
Ya que fueron expulsados de dominios otomanos y obligados a caminar por el desierto, donde iban cayendo en el trayecto conforme se deshidrataban y ahí sus cuerpos eran abandonados…
Hay testimonios gráficos de las escenas de inconmensurable horror; que los turcos -descendientes del Imperio Otomano- reconocen como masacre. En el entendido de que masacre es un término que se utiliza cuando asesinan a mansalva a un grupo de personas que no se pueden defender. Pero que unas 30 naciones califican como genocidio…
Los primeros argumentan que la palabra genocidio -palabra compuesta de raíces griegas y latinas, lo que no es muy ortodoxo- no existía en aquél entonces, ya que el término fue “acuñado” en 1943…
Pero quienes lo conceptúan como genocidio, argumentan que fue un acto perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo étnico, religioso o racial. Que es como lo define la Real Academia Española de la Lengua…
Pero el fondo del asunto no parece ser el genocidio que ya a nadie alarma; pues los peores los genocidas somos los sapiens, sapiens que en cuanto llegamos acabamos con los verdaderos habitantes de este Planeta…
Por lo tanto, la declaración de Biden reconociendo como genocidio lo sucedido, precisamente el mismo día 24, cuando EE.UU. no lo había aceptado con anterioridad…
Es un punto de presión dadas las tensas relaciones que hay con Turquía, agravadas cuando rechazaron los misiles Patriot de Washington e instalaron el sistema de defensa ruso S-400, siendo miembro de la OTAN; por lo que le fueron impuestas sanciones por parte de Washington…
Seguramente no tardan en enviar una flota por allá al Bósforo, jugando el papel asignado en esta guerra fría que sólo redundará en más armamento y cada vez más destructivo…
Y como ya sabemos cómo se manejan las cosas en medio mundo. Aquí en México no somos la excepción; y seguramente no tardan en sancionar, acorde a la Ley, con arresto de 36 horas al Presidente López Obrador por no respetar lo dispuesto por el INE referente a la veda electoral y seguir de necio en sus mañaneras hablando de los logros de su gobiernazo…
Lo interesante será saber quién lo va a arrestar y si él va a respetarlo; lo que sinceramente, conociendo los antecedentes, se duda que suceda…
Pero por otro lado, el Nuncio papal, violando las Ley que prohíbe a los religiosos meterse en asuntos de política, en mero Aguililla, en un operativo de seguridad que ya se podrán imaginar mis tres amables lectores cómo fue, se ofreció a reunirse y escuchar a los cárteles en disputa del territorio michoacano y “ofrecerles el perdón de Jesucristo”…
Ante tan bondadosa propuesta se esperaban lagas filas esperando turno para limpiar el alma y con ello evitar irse al Infierno; pero curiosamente nadie se presentó. A pesar de que llevó a cabo una solemne misa…
Pero siempre vigilados a distancia por gente del CJNG, que fueron identificados por sendos logos en los costados de la camioneta en que se movían; ante el disimulo de los elementos del operativo que por lo visto nunca los detectaron…
Ya por último. Doña Brenda Ruacho, cuando como Primera Dama del Estado de Baja California fungía como Presidente del DIF Estatal, se birló 6.8 millones de pesos que olímpicamente depositó en su cuenta…
Cuando la cacharon y la denunciaron, se aclaró que todo era un mal entendido. Que los había resguardado; pero que los regresaba; y ya está. No pasó nada. Parece que aquí lo malo no es robar, sino que te cachen; y por lo visto ni eso…
Al que sí le está yendo como en feria, es al diputado federal por Puebla, Benjamín Saúl Huerta Corona, a quien le llovió sobre mojado con la aparición de otra denuncia de abuso sexual de otro joven…
Lo malo del caso no es lo que a él le pase, finalmente es responsable, se lo buscó y sobradamente lo merece; pero son hechos que trascienden a la familia. Al repudio de la esposa y a la vergüenza de los hijos. Si fuera japonés se haría el harakiri.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.