lunes, diciembre 23, 2024

La historia de un mentiroso

Leo Zuckermann

Juegos de poder

Ahora que estamos en época electoral, donde abundan los mentirosos, recomiendo la lectura del libro El impostor del escritor español Javier Cercas. Este autor, uno de mis favoritos, tiene varios libros buenos, dos de ellos memorables (Soldados de Salamina y Anatomía de un instante). Con El impostorCercas ha logrado otra novela de grandes proporciones: la historia real de un gran mentiroso, Enric Marco.

Este hombre engañó a España entera. Presumía un pasado heroico como anarco-sindicalista durante la Guerra Civil. Su supuesto activismo a favor de la República lo habrían llevado a exiliarse cuando los nacionalistas finalmente ganaron la guerra. Ya en el exilio, durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis lo habrían apresado y enviado a un campo de concentración convirtiéndose en unos de los pocos sobrevivientes españoles de uno de los peores horrores de la historia del siglo XX.

Muerto el dictador Francisco Franco en los años setenta, en pleno proceso de transición a la democracia, Marco se transformó en uno de los líderes más importantes del sindicalismo español gracias a sus “impecables” credenciales republicanas. Al fin y al cabo, le había dicho “no” al franquismo, a diferencia de la gran mayoría española que le había dicho “sí” a tres décadas de dictadura. Además, lo eligieron presidente de la asociación española más importante de sobrevivientes de los campos de concentración nazis. Como tal, se la pasaba dando conferencias alrededor de toda España para contar sus penurias.

Era un estrella de los medios de comunicación que lo entrevistaban a diestra y siniestra. El único problema es que todo era inventado. Un gran embuste. Después de muchos años, gracias a la labor de un oscuro historiador, se destapó la verdad generando un gran escándalo en España. Esta fantástica trama, en todos los sentidos, es lo que le permite a Cercas elaborar una gran novela de no ficción donde el propio autor es uno de los protagonistas: el del investigador que tiene serias dudas de si vale la pena o no escribir un libro acerca de un mentiroso narcisista como Enric Marco.

Cercas trata de entender a un seductor deleznable que se inventó una vida porque estaba aburrido. Marco, un insípido mecánico, miembro de la silenciosa mayoría española que le había dicho que “sí” a Franco, de repente vio la oportunidad de tener una vida emocionante, de película, basada en puras mentiras. Y vaya que lo logró engañando a todo un país.

¿Cómo es posible que los españoles le hayan creído? He ahí parte del atractivo del libro de Cercas. No sólo trata de entender al mentiroso, sino a la sociedad que se dejó engañar. Encontramos, así, el retrato descarnado de una España que, para poder transitar a la democracia, tuvo que falsear la historia. Con el fin de superar los horrores de la Guerra Civil y tres décadas de una insoportable dictadura, el país se reinventó tal y como lo hizo Marco: “la democracia se construyó en España sobre una mentira, sobre una gran mentira colectiva o sobre una larga serie de pequeñas mentiras individuales”, concluye Cercas.

Para entender el fenómeno de la mentira, el autor recurre a todo tipo de citas memorables de FaulknerLeviCervantesWildePlatónMontaigneNietzscheTolstoiCamus. Y uno de los temas que mejor aborda es el del dilema que tenemos los hombres frente a las grandes injusticias en momentos críticos de la historia: el decir que “no”, con todo el peligro que ello implica, o el acomodarse con un “sí” cómplice.

¿Suena importante en el contexto mexicano actual? Sin duda.

“La realidad mata, la ficción salva”, es el credo de Cercas a lo largo del libro. ¿Se salvó el autor y el protagonista del libro? Cada lector tendrá su propio juicio. Por lo pronto, Cercas nos muestra, con genialidad, buen ritmo y una prosa sin concesiones, lo complejo que resulta la existencia de un seductor mentiroso y una sociedad dispuesta a creerle y hasta premiarlo. El resultado es un libro adictivo, como las mentiras atractivas.

           Twitter: @leozuckermann

otros columnistas