Agencias/Sociedad 3.0
“México, donde fueron asesinados 10 periodistas en 2019, sigue siendo el país más peligroso del continente para la prensa“, aseguró la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) al difundir este martes su más reciente Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, donde nuestro país ocupa la posición 143, junto a países como Myanmar, India, Camboya o Pakistán.
“El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha logrado frenar la espiral de violencia contra los periodistas ni poner fin a la impunidad en que permanecen los crímenes cometidos contra ellos”, señaló.
El informe, que aborda la situación en 180 países y territorios, advierte que en el país se mantiene la complicidad entre policías y autoridades con el crimen organizado: “En este país –como sucede con sus vecinos centroamericanos– persiste una complicidad de políticos corruptos y autoridades (sobre todo locales) con el crimen organizado, algo que va más allá del ámbito político y amenaza gravemente la seguridad de quienes se dedican a la información”.
“En México (143º), que sigue siendo uno de los países más mortíferos del mundo para la prensa, el presidente López Obrador sigue estigmatizando a los periodistas durante ‘las mañaneras’ -sus conferencias de prensa matutinas-, cuando se publican informaciones contrarias a sus intereses”, apunta RSF.
La organización señala que en México, Honduras y Colombia les costó la propia vida en 2020 a 13 periodistas que, en su mayoría, habían investigado sobre la corrupción y el crimen organizado. “La impunidad de los crímenes contra los periodistas continúa alimentando el círculo vicioso de la violencia en la región”, manifiesta.
RSF señala que el periodismo “encuentra graves impedimentos” en 73 países, mientras que hace frente a “obstáculos” en otros 59, situaciones en las que hace frente a una situación “problemática”, “difícil” e incluso “muy grave”.
La ONG apuntó que durante el último año se ha registrado un “palpable deterioro” del acceso y un aumento de los impedimentos a la cobertura “por causa o con el pretexto de la crisis sanitaria” debido a la pandemia de coronavirus.
Asimismo, recoge “una creciente dificultad para que los periodistas investiguen y divulguen temas delicados, sobre todo en Asia y Oriente Próximo, aunque también en Europa”.
RSF ha resaltado que el barómetro Edelman Trust 2021 revela una “preocupante desconfianza” de la ciudadanía hacia los periodistas, con un 59 por ciento de los encuestados en 28 países afirmando que creen que los periodistas tratan de engañar de forma deliberada al público.
“El periodismo es la mejor vacuna contra la desinformación”, destacó el secretario general de RSF, Christophe Deloire. “Por desgracia, su producción y distribución se ven bloqueadas con demasiada frecuencia por factores políticos, económicos y tecnológicos, y, en ocasiones, incluso culturales”, ha valorado.
“Ante la viralidad de una desinformación que sobrepasa fronteras, a través de plataformas digitales y redes sociales, el periodismo es el principal garante del debate público basado en una diversidad de hechos establecidos”, subrayó.
La clasificación muestra a Noruega en el primer puesto, seguida por Finlandia, Suecia y Dinamarca, en lo que RSF describe como un “modelo nórdico”. En total, sólo doce países de los 180 analizados, el siete por ciento, cuentan con un entorno favorable para la información, un grupo en el que también figuran Costa Rica, Países Bajos, Jamaica, Nueva Zelanda, Portugal, Suiza, Bélgica e Irlanda.
En situación “difícil” están Mozambique, Guinea, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Indonesia, Benín, Zambia, Guatemala, Gabón, Congo, Malasia, Nigeria, Nicaragua, Afganistán, Chad, Tanzania, Uganda, República Centroafricana (RCA), Sri Lanka, Qatar, Jordania, Zimbabue, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Territorios Palestinos Ocupados, Omán, Colombia y Camerún.
Junto a ellos figuran Marruecos/Sáhara Occidental, Tailandia, Filipinas, Sudán del Sur, Myanmar, Esuatini, India, México, Camboya, Pakistán, Argelia, Burundi, Venezuela, República Democrática del Congo (RDC), Rusia, Honduras, Bangladesh, Turquía, Brunéi, Kazajistán, Ruanda, Uzbekistán, Bielorrusia y Sudán.
Por último, en situación “muy grave” figuran Singapur, Somalia, Tayikistán, Irak, Guinea Ecuatorial, Libia, Egipto, Azerbaiyán, Bahréin, Yemen, Arabia Saudí, Cuba, Laos, Siria, Irán, Vietnam, Yibuti, China, Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea.
RSF manifestó que Pekín “sigue llevando a niveles sin precedentes la censura, la vigilancia y la propaganda en Internet”, mientras que Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea -que ocupan los tres últimos puestos, al igual que en 2020- “mantienen un control absoluto sobre la información”.