miércoles, diciembre 18, 2024

Veneno de las abejas, regenerador, antiinflamatorio y antiséptico

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Cortesía de Espresso de Coatepec

La apiterapia es una terapia alternativa basada en elementos provenientes de las colmenas de las abejas para prevenir y curar diversas enfermedades. Se utilizan elementos como: miel, jalea real, propóleos, veneno de abeja o el polen. A estos elementos se les atribuyen propiedades para acelerar la cura estimulando las defensas del organismo y mejorando el estado de ánimo.  Esta terapia se utiliza para tratar enfermedades musculares y de las articulaciones, enfermedades autoinmunes y enfermedades depresoras del sistema inmunológico.

Realizando la punción.

La apitoxina estimula la producción de condroitina, que regenera nuestro cartílago propio natural: por eso cura la artrosis. Además, es antidepresivo. Activa la producción de endorfinas, por lo que el estado de ánimo del paciente va mejorando. Es 80 veces más analgésica que la morfina, 300 veces más antiinflamatoria que la cortisona, y 500 mil veces más antiséptica que la penicilina. Regenera la mielina que recubre los nervios: por eso controla la esclerosis. Da elasticidad a los vasos sanguíneos: por eso regula la hipertensión arterial…

Desde la cultura egipcia se utilizaban estos productos. El propóleo se utilizaba para embalsamar las momias y el veneno de las abejas era utilizado por Cleopatra como tratamiento para los dolores. Sus propiedades curativas son mencionadas incluso en textos religiosos como la Biblia o el Corán. En el año 1888, Phillip Terc, considerado el padre de la apiterapia, comenzó a utilizar el veneno de las abejas para tratar a personas con enfermedades reumáticas.

Libro publicado en 1996 sobre la apiterapia, obra del médico Fernando López Hernández y el apicultor Fernando Mendoza Cid.

Uno de los primeros sitios que comenzó a practicar esta terapia es el balneario Agua Alegre. Allá en el Río La Marina, zona turística por tradición y poseedora de una belleza natural impresionante. Además, con abundante agua de excelente calidad que baja de la montaña en el llamado Río Huehueyapan. También se cultivan anturios ahí y que es un centro de aplicación de terapia con abejas.

Fernando Mendoza, el creador de este bello centro y pionero en la apiterapia explica: “El veneno de la abeja es una farmacia natural completísima, potentísima, es antiinflamatorio, analgésico, antibiótico, cicatrizante, depurativo, vasodilatador, antidepresivo y regenerador celular. Sólo 0,3 miligramos: con ese aguijón aplico tres o cuatro micropicaduras de un segundo, que dejan 0,01 miligramos por punción. Con estos se estimula al sistema endócrino a producir las sustancias necesarias que depurarán y regenerarán células, que fortalecerán y reequilibrarán las propias defensas del organismo”.

“Con un piquete de abejas puedes recuperar la salud. Hace seis meses vino una anciana de 70 años en silla de ruedas, artrítica, empastillada hasta las cejas. Hoy es una señora que camina 7 kilómetros al día, sin dolor. Es un veneno que también embellece: la hialorunidasa de la apitoxina, activa el ácido hialurónico de la piel y le obliga a regenerarse. Una sesión semanal durante diez semanas, deja el cutis radiante y natural, sin bótox”. (Lo usan Kate Middleton, Gwyneth Paltrow)…

En estos tiempos en que es necesario tener un sistema inmunológico fuerte, la apiterapia es una magnífica opción para la salud. El tratamiento de punciones puede completarse con el consumo del propóleo que viene en gotas, en frasco rociador, en cápsulas o en una maravillosa crema que suaviza la piel y la purifica.

http://semanarioespressocoatepec.blogspot.com/2021/03/las-abejas-de-agua-alegre.html

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