La Asamblea General de la ONU confirmó la renovación al frente de Naciones Unidas por otros cinco años del portugués António Guterres, que ya recibió la bendición de las potencias del Consejo de Seguridad el pasado 8 de junio.
“Tengo el honor de anunciar que su excelencia António Guterres ha sido designado por aclamación como secretario general de las Naciones Unidas para un segundo mandato, que comenzará el 1 de enero de 2022 y finalizará el 31 de diciembre de 2026”, anunció el presidente de la Asamblea General, Volkan Bozkir, tras una ovación general de los representantes de los países de la ONU.
Guterres, contra quien ningún país planteó otra alternativa, asumió la Secretaría General en enero de 2017, tras imponerse a un gran número de candidatos entre los que se encontraban personalidades conocidas en la escena internacional como la hoy directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, o la que entonces era directora general de la Unesco, Irina Bokova.
Antes de ser elegido por aclamación, Bozkir apuntó que el pasado 21 de febrero Portugal, a través de su representante permanente en la ONU, presentó la candidatura de Guterres para su reelección y “ningún otro Estado miembro presentó candidatos”.
Aunque varias personas se postularon e hicieron campaña durante los últimos meses, ninguna llegó a ser propuesta formalmente por un Estado miembro, por lo que sus nombres no fueron tomados en cuenta.
El presidente de turno del Consejo de Seguridad, el estonio Sven Jürgenson, también intervino momentos antes de que la Asamblea reafirmara su confianza en Guterres para insistir en el respaldo del máximo órgano de la ONU al diplomático luso.
“Los miembros del Consejo de Seguridad manifestaron su apoyo incondicional al señor António Guterres“, dijo Jürgenson, subrayando que el trabajo del secretario general responde a “los más altos estándares de eficacia, competencia e integridad” y “a un firme compromiso con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
Su reelección, lejos de ser una sorpresa, se consideraba el paso lógico dentro del organismo dado que durante décadas todos los jefes de Naciones Unidas han servido durante dos mandatos, con la excepción del egipcio Butros Gali, cuya reelección fue vetada en 1996 por Estados Unidos.