martes, diciembre 24, 2024

La bendición y el orgullo, de ser hijo de un gran padre

Lo último

“In Memoriam” de mi amado padre, con mi agradecimiento y admiración

Por Hilario Arenas Cerdan

Xalapa, Veracruz. 19 de junio 2021.

En la víspera de la celebración del “Día del Padre”, mantengo el recuerdo y la dicha de ser hijo de un Hombre Inteligente y Mejor Ser Humano: Don Antonio Arenas González.

Nacio un 17 de diciembre en Matias Romero, Oaxaca. Fue hijo de Doña Julia González Filigrana nacida en Boca del Río y Don Lorenzo Arenas Palacios, originario de Ramales de la Victoria, provincia de Santander, España.

Destacó por ser un hombre polifacético: Piloto Aviador, ejerció la Medicina, tuvo  su propia imprenta donde editaba e imprimía su periódico, mismo que se llamó “Adelante”, su línea editorial fue crítica hacia el gobierno de esa época, lo que le ocasionó  ser blanco de presiones y amenazas, viéndose en la necesidad de no seguir publicando el modesto, pero criticó medio de comunicación.

Mi Padre fue un gran admirador de su paisano. Don José Vasconcelos Calderón quien se distinguió como: Abogado, Educador, Político, Servidor Público y Filosofo Mexicano. Tambien conocido con el sobrenombre de: El Maestro de la Juventud de América.

Don Antonio se dedicó la mayor parte de su vida al comercio.

Llego a Xalapa en abril de 1946.

Fundó la segunda mueblería,  la bautizó como: Mueblería Nueva, se ubicó en la Plaza Lerdo, donde actualmente se encuentra  Bancomer.

La primera mueblería que existió en Xalapa fue: La Vencedora, misma que estaba en la esquina de Zamora y Mata.

Mi querido y admirado Padre, partió de este mundo a las 15 horas de un 1 de octubre. “Día de todos los Ángeles”.

Han pasado muchos años, pero gracias a mí buena memoria, vienen a mi mente las mejores vivencias que disfrute a su lado, fue mi primer Maestro de la Vida, antes de ir a la escuela, entre otras cosas me enseñó las operaciones básicas; sumar, restar, dividir y multiplicar.

A los 5 años me habilitó como su “Secretario”, solo me permitía estar a dos metros de distancia, detrás de su sillón en su oficina.

A la distancia, un día uno de sus vendedores llamado José, al entregar las cuentas de todas las ventas de un mes, el comerciaba los productos de la mueblería en la zona norte del estado, descubrí que le estaba haciendo trampa a mi Progenitor con 200 pesos, que en aquellos años era una cantidad importante. A raíz de esta anécdota, me permitió estar a su lado, pendiente de cuando los vendedores rendían cuentas al  mejor Maestro de mi vida.

Padre: cuando Dios lo mande, gustoso estaré de volver a encontrarme contigo. Como regalo, te mando un abrazo lleno de Amor y Nostalgia.

Aprovecho la oportunidad, para felicitar con los mejores deseos a todos los padres del mundo, especialmente a quienes me distinguen con su amistad.

Dios les bendiga y proteja siempre.

A seguir cuidándonos la pandemia continúa.

Relacionados

Columnistas